Ayer en la tarde sucedió algo que, si bien no era totalmente imposible, sí era bastante impredecible. Sucede que el departamento que rentamos mi amada y yo está situado al costado de una escuela, y en la banqueta hay unos hermosos árboles enormes, gigantes, que fácilmente tendrán unos ochenta años de edad. Pues bien, el aguacero de ayer hizo que se cayera uno de ellos y se le viniera encima a mi edificio, quebrando algunas ventanas y prácticamente entrando a la casa. Con todo esto me di cuenta de varias cosas:
- Estamos en riesgo permanente de que otro u otros de los árboles se nos caigan encima porque el espacio que tienen para sus raices es mínimo, y sus dimensiones excesivas para una zona urbana.
- Los bomberos son utilísimos, llegaron de inmediato y se pusieron a partir los restos del árbol en pedacitos manejables, para volver a abrir la vialidad y destrabar la entrada de mi depto. Por lo que: mis respetos al cuerpo de bomberos y ojalá les den mucho más presupuesto y les suban el sueldo.
- Los contratistas de luz y fuerza son igualmente rápidos, pues en cuanto se fueron los bomberos llegaron y se pusieron a conectar los cables que se había llevado el árbol, y dejaron todo listo en menos de una hora. Hasta me dieron ganas de ponerme al día con mis pagos de luz.
- Los postes de teléfono, a pesar de ser de madera, resisten muy bien los impactos, pues el árbol se cayó entre dos postes, los jaló y estiró el cable a más no poder, y aún así nunca perdí la señal de teléfono, por lo que una vez que se restableció la luz tuve otra vez internet
1 comentario:
¿Y dónde está la evidencia gráfica?
Publicar un comentario