22 de julio de 2011

Madrugando para ir al seguro

El jueves, mi musa y yo fuimos tempranísimo al Seguro Social porque la habían citado a las 06:45 para tomarle muestras de sangre con las que llevar a cabo los análisis necesarios gracias a los cuales su médico podrá conocer aproximadamente el estado de salud tanto de ella como de nuestro próximo engendrito. Llegamos 10 minutos tarde, la dejé en la puerta y me fui a buscar estacionamiento. Tras un par de vueltas a la manzana encontré donde dejar el coche, lejos de la clínica para variar, así que caminé mientras clareaba hasta la puerta del centro de salud, entré y me dirigí hacia la zona donde toman muestras. Cuando la vi, estaba formada en una fila infinita, me le acerqué y le pregunté si estaba segura de que era ahí, y me dijo que no pero que todos se habían ido a formar ahí...

Tenía mis sospechas porque la vez pasada, hacía dos años, en lo que mi amada llegaba yo había ido a entregar la hojita primero a un mostrador y ahí me habían dado instrucciones, "pero las cosas cambian con el tiempo", me dije esperanzado. En realidad no: a las 7:15 (¿y para qué citarnos a las seis cuarentaycinco entonces?) abrieron el carrito ante el cual estaba formada toda la gente, por suerte avanzó rápdio así que llegamos frente al armatoste por ahí de las 7:25, y entonces nos dijeron que no, que primero había que llevar los papeles al mostrador donde yo ya sabía que había que llevarlos. Los llevamos y le dijeron a mi compañera: "tome asiento, en un momento la llaman", y pusieron el papel sobre una pila de como 200 hojas iguales.

Como al 15 para las ocho, sorprendentemente rápido para nuestras expectativas, la llamaron y en cinco minutos salió. En realidad, para la cantidad de gente que había no fue tan lento. Regresamos a casa, me preparé una torta de queso Oaxaca y salí disparado al trabajo, y como de costumbre llegué tarde.

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