Hace poco mis papás y yo tuvimos una discusión con respecto a las medicinas alternativas y al cáncer. Ellos creen que Big Pharma es sooo evil que están de hecho conspirando para destruir cualquier atisbo de competencia que surja, y por supuesto la competencia es la medicina alternativa. De hecho, me mandaron dos documentos, uno titulado: Cura del Cáncer es bloqueada por las farmacéuticas copiado y pegado de este link, y otro del que hablaré más adelante, sobre un tal Tulio Simoncini con una cura milagrosa (y absurda) contra cualquier tipo de cáncer. En el primero se habla de una investigación que se empezó en la universidad de Alberta, en Canadá, que, como está usando un compuesto baratísimo para combatir el cáncer, estaría siendo boicoteada por las farmacéuticas que quieren que usemos productos carísimos como la quimio. Así que me metí al oráculo google y le pregunté por esa investigación, por la universidad de Alberta, por el departamento de medicina, por el Dr. Michelakis (jefe del proyecto), etc. Y los resultados arrojaron varios documentos y explicaciones al respecto.
En 2007 un equipo de la UA publicó un descubrimiento: el dicloroacetato alteraba el metabolismo de células cancerosas que tenían en tubos de ensayo y de células cancerosas en ratas, deteniendo y a veces hasta destruyendo los tumores de ciertos tipos de cáncer. Muy bien, en marzo de ese mismo año empezaron los rumores de que las farmacéuticas querían detener la investigación y no sé cuanta barbaridad. La verdad es que nadie la detuvo, sólo no aportaron dinero porque como el dicloroacetato es un químico que cualquier laboratorio puede producir sin pagarle derechos a nadie, y como por lo mismo de que ya existía no es patentable, los laboratorios tendrían que pagar una investigación que no les redituaría ninguna ventaja respecto de la competencia, la cual en cuanto saliera el resultado de que de hecho el dicloroacetato sí es un tratamiento efectivo podría producirlo sin ninguna restricción. El dicloroacetato ya se usa para tratar males de la mitocondria en algunas personas, pero en 2008 salió un estudio en el que 15 de 15 sujetos de prueba tratados con esa sustancia desarrollaron neuropatía tóxica, es decir, daños nerviosos.
Como sea, Alberta está en Canadá, y en ese país el sector salud es estatal, y el gobierno pierde millones de dólares al año en tratamientos de cáncer, o sea que el estado podría ser un jugador clave para apoyar investigaciones como la del Dr. Michelakis. Por otro lado, instituciones, empresas e individuos pueden donar y ayudar a financiar la investigación, y de hecho así sucedió (y es deducible de impuestos). Lo curioso es que la revista online Vanguardia retomara una historia de hace cinco años y la publicara como nueva, sin tomar en cuenta los últimos avances. En mayo de 2010 salió un comunicado del mismo equipo interdisciplinario de investigación en el que explicaban resumidamente los resultados.
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