Mañana cumplo 64 semanas de haber dejado el tabaco. Es decir, un año y tres meses de no fumar. Ahora ya ni se me antoja, y veo con cierto escándalo interior cuando algunos de mis compañeros de trabajo que ya habían dejado de fumar se salen a echarse el cigarrito.
Uno de mis co-workers de plano me dijo que él se había puesto el límite de 2 cajetillas y luego lo volvería a dejar, aunque poco antes me había dicho que sólo iba a fumarse 3 cigarrillos, supongo que cuando se acabe su segunda cajetilla estirará su límite, y así seguirá estirándolo hasta que se de cuenta de que ya volvió al viejo hábito.
Por mi parte, me mantengo firme, y ya sin que ni siquiera me cueste nada de trabajo, mis pulmones ya son libres de humo y me los revisaré con algún especialista dentro de algunos meses para ver en qué estado se encuentran tras poco más de 14 años de fumar (con un brevísimo periodo en el que hasta dos cajetillas al día me echaba).
En fin, empezando el 2012 cumpliré 68 semanas sin tabaco y, aunque no me siento de maravilla como quisieran hacerle creer los no fumadores a los fumadores, creo que no fumar reduce riesgos de una muerte prematura.
3 de diciembre de 2011
Un año y seis meses, el cuatro de marzo
Etiquetas: reflexiones - Publicó persona.vitrea a las 09:00
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