Experiencias falsas
La búsqueda del sentido procede en dos frentes. Se busca tanto lo que se siente significativo como lo que de verdad tiene sentido. Que se sienta significativo no es suficiente; algo debe tener realmente sentido para importar de verdad. Podemos señalar muchos casos donde algo más importa además de las experiencias placenteras, sin importar cuan significativas se sientan.
El centro del placer: la estimulación eléctrica de una pequeña área en la mitad del cerebro localizada cerca del frente del tálamo producirá intensas sensaciones de placer. Los escritores de ciencia ficción han imaginado "cabezas cableadas", personas que tienen un electrodo implantado quirúrgicamente en su "centro del placer" de modo que pueden estimulárselo a voluntad. Imagniemos ser una cabeza cableada. Podemos fácilmente imaginar que nos obsesionamos con el electrodo hasta excluir todo lo demás. Sin embargo, no podemos imaginar la vida de un cabeza cableada como una vida significativa.
El dolor de Freud: Incluso aquellos teóricamente comprometidos con la importancia del placer no valoran solamente el placer. Freud creía que el principio del placer gobernaba los procesos mentales de los niños; los procesos primarios siempre luchan por obtener placer. Inicialmente el niño encuentra placer por medio de la fantasía y las alucinaciones, pero esto eventualmente nos lleva a decepciones. El desarrollo de la infancia conlleva un principio de realidad, en el el niño empieza a imaginar la realidad incluso cuando es desagradable. (Freud 1958:219) Sin embargo, para Freud, el principio de realidad nunca destituye el principio del placer. Le ayuda al niño a diferir pequeñas e inciertas gratificaciones inmediatas por grandes gratificaciones certeras pero aplazadas. (Freud 1958:223)
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