10 de diciembre de 2011

Zorro no te lo lleves

Creo que Loana entró en la etapa de Dora, en la que Dora la exploradora es su programa preferido de todos. La ve con mucha antención, muchas veces responde a las preguntas de la protagonista, muchas otras veces se pone a bailar cuando sale música de "lo hicimos". Además, cuando prendemos la tele ella solicita Dora, y mi musa y yo le decimos que quizá no vaya a haber Dora porque es tan sólo uno de los programas del canal que le gusta. Así pues, si cuando le pasamos a su canal está Dora, cosa bastante frecuente y probable, Loana se pone muy contenta y hasta aplaude, y si no está, pero está alguna otra de sus caricaturas preferidas, no se queja...

A mí me encantó y enterneció muchísimo su nueva reacción ante el Zorro. Es decir, en Dora la exploradora el villano suele ser un zorro anaranjado con antifaz azul de lo más simpático. No es malvado, de hecho no desea hacer daño, lo que quiere es robar lo que sea que los personajes principales (Dora y Botas) están llevando en ese momento, y esconderlo para que no lo vuelvan a encontrar; pero además, la mitad de las veces los héroes pueden detener al zorro diciéndole tres veces "zorro no te lo lleves", tras lo cual el intento del zorro se frustra y este sólo exclama "oh, rayos" y se va. La otra mitad de veces logra robarle a los personajes principales que no lo ven a tiempo y por lo tanto no pueden conjurarlo. En esos casos el zorro les arrebata lo que sea que lleven, y les dice "demasiado tarde, ahora nunca podrán encontrarlo, jajajaja" y arroja el objeto precioso hacia algún lugar del paisaje. Por supuesto, Dora y Botas con la "ayuda" de los pequeños televidentes, siempre logran encontrar sus objetos extraviados.

Entonces al final de cuentas el zorro no tiene consecuencias adversas en las aventuras de la exploradora y su amigo mono. No es como si por culpa del zorro ya no lograran salvar a quien sea que quieren salvar ni nada por el estilo. Aún así, el zorro viene acompañado de una musiquita de fondo, y se acerca sigilosamente, y, al menos para Loana, su presencia no deja de tener algo inquietante, porque siempre que sale el zorro, mi pequeña se trata de esconder, sale corriendo, o se pone la cobija encima, o se me abraza y me dice: "zorro, zorro". Yo la abrazo de regreso enternecidísimo por esta nueva reacción que antes no tenía. Antes, mi pequeña no sentía esa angustia frente al villano, veía Dora, sí, pero sin reaccionar frente a ningún personaje en particular.

Todo esto me recuerda las distintas etapas de desarrollo mencionadas por Piaget en un libro que leí hace muchísimo tiempo, en el que había tests que definitivamente no estaban al alcance de niños de ciertas edades, pero en cuanto se rebasaba un umbral los niños automáticamente adquirían la habilidad que el psicólogo infantil francés estaba poniendo a prueba.

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