7 de diciembre de 2011

Una guia para los sin Dios: C5-Placer (3 de 9)

Las teorías del propósito cósmico y de la realización personal tienen sus debilidades correspondientes. Por ejemplo, supongamos que Marx hubiera tenido razón, y que la producción cooperativa en un ambiente social fuera el verdadero potencial humano, o lo que él llamaba nuestro "ser de la especie". Ahora pensemos en un individualista, una persona que guste de escribir poesía por sí misma, y no como miembro de un comité. Se sentiría muy enajenada de lo que Marx creyó que era su verdadero potencial humano. Desarrollar su potencial para la producción cooperativa no es algo que le vaya a importar a ella. Incluso si llegara a pensar que Marx tenía razón sobre el sentido de la vida humana, su respuesta no va a sentirse significativa para ella. Todas las teorías del propósito tienen esta debilidad: incluso si descubriéramos el propósito de la vida por medio del ejercicio de la razón, aún podríamos preguntarnos porqué debería eso importarnos a nosotros.

A pesar de esa dificultad, las teorías de la realización personal están en lo correcto respecto a que la gente frecuentemente desarrolla su potencial humano por razones que son independientes del placer que trae consigo el desarrollo personal. Los atletas pasan largas horas sufriendo entrenamientos anaeróbicos por la mera posibilidad de una efímera victoria. Los artistas y escritores agonizan por sus obras, no por el placer que les trae, sino porque piensan que vale la pena hacerlo. Los profesionistas y artesanos disfrutan el ejercicio de sus habilidades, y del dinero que ganan, pero también valoran lo que hacen por sí mismo. A la inversa, algunas personas obtienen placer de actividades que no valoran; un adicto a los juegos de azar puede sentir placer por su uso de una terminal de video-lotería al mismo tiempo que juzga sus actos como indignos y como una pérdida de tiempo. Decir que la gente sólo actúa por la obtención de placer trivializa a la motivación humana.

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