A continuación el quinto fragmento del texto Why French Parents Are Superior de Pamela Druckerman.
¿Podría ser que enseñarle a los niños como posponer las gratificaciones -como enseñan los papás de clase media francesa- de hecho los haga más calmados y más resistentes? ¿Podría ser que esto explicara porqué los niños americanos clasemedieros, que en general están acostumbrados a obtener lo que quieren en el instante, se desmoronen tan seguido frente al estress?
El Sr. Mischel, que es originalmente de Vienna, no ha llevado a cabo la prueba del malvavisco con niños franceses. Pero como un viejo observador de Francia, dijo que estaba sorprendido de la diferencia entre niños franceses y americanos. En los E.U., dijo, "ciertamente la impresión que uno tiene es que el auto-control se ha vuelto cada vez más difícil para los niños".
Los papás americanos quieren que sus hijos sean pacientes, por supuesto. Fomentamos que nuestros hijos compartan, que esperen su turno, que pongan la mesa y practiquen piano. Pero la paciencia no es una habilidad que pulimos tan asiduamente como los papás franceses. Tenemos la tendencia a considerar si los niños son buenos esperando como una cuestión de carácter. En nuestra forma de ver, los padres ya sea son suertudos y tienen a un hijo que sabe esperar, o no.
Los padres y cuidadores franceses no pueden creer que nosotros seamos tan "laissez-faire" con respecto a esta habilidad tan crucial. Cuando mencioné el tema en una cena en París, mi huesped francés se puso a narrar una historia sobre el año que vivió en California del sur.
Él y su esposa habían hecho amistad con una pareja americana y decidieron pasar el fin se semana con ellos en Santa Barbara. Era la primera vez que cada pareja conocería a los hijos de la otra, estos tenían edades desde 7 a 15. Años después, aún recordaban cómo los niños americanos interrumpían a los adultos a mitad de una oración. Y no había horarios de comida fijos; los niños americanos simplemente iban al refrigerador y tomaban comida cuando se les antojaba. A la pareja francesa le parecía que los niños americanos estaban a cargo.
"Lo que nos asombraba, y preocupaba, era que los padres nunca decían que no" dijo el esposo. Los niños hacían "n'importe quoi", añadió su esposa.
Después de un rato, me di cuenta de que la mayoría de las descripciones francesas de los niños americanos incluyen esa frase "n'importe quoi", que significa "lo que sea" o "cualquier cosa que quieran". Esto indica que los niños americanos no tienen límites firmes, que sus padres carecen de la autoridad, y que cualquier cosa es pasable. Es la antítesis del ideal francés del "cadre", o el marco, del que los padres franceses hablan frecuentemente. Cadre significa que los niños tienen límites muy firmes sobre ciertas cosas -ese es el marco- y que los padres lo hacen cumplir estrictamente. Pero dentro del "Cadre", los padres franceses le dan a sus hijos bastante libertad y autonomía.
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