29 de febrero de 2012

Mi espiritualidad como ateo

En facebook me llegó al muro esta maravilla que comparto a continuación titulada: My Spirituality as an Atheist (Mi espiritualidad como ateo).



Por supuesto, viene el texto de la transcripción en inglés así que decidí traducirlo.

¿Existe algún valor en la espiritualidad? Como ateo, podrían esperar que dijera que no; pero, si he de ser honesto, tendría que considerarme una persona espiritual. Por supuesto, no estoy hablando de algún alma espectral y etérea que vive en dentro de mi cuerpo. No hay ninguna razón para creer que exista algo así. Estoy hablando de la esencia de lo humano. No hay muchas palabras en nuestro idioma que capturen lo que es, al menos para mí. Así que uso la palabra espíritu, del mismo modo que uso la frase "Bendito seas". Por motivos retóricos. Sólo puedo describirlo como la acción o habilidad para ver la belleza. Para sentirse maravillado, y para estar asombrado.

Por supuesto, la religión y todos los grupos de fe sólo sirven para prostituir el asombro, y el misterio que todos sentimos como humanos. Embotellan nuestra esencia e intentan cubrir las maravillas que sentimos naturalmente. Por supuesto que no lo logran. La religión señala hacia el hombre tras bambalinas en un intento de responder al misterio. Cuando en realidad, no hay tal hombre, y el misterio es sólo eso, misterio.

Pero aún cuando no creo en lo sobrenatural. Trato de ser tan honesto como puedo conmigo mismo sobre mi espiritualidad.

En mi viaje al oeste hace apenas un par de meses recuerdo un momento de pie en un campo que dejaba ver las "Grand Tetons". Las Tetons en Wyoming son esas montañas masivas cubiertas con glaciares que simplemente cortan el cielo. Recuerdo pensar para mis adentros. Algo mucho mayor que yo debe haber causado eso. Yo lo sé.

También recuerdo haber dormido afuera debajo de un un cielo fresco y claro entre las dunas en el parque nacional "White Sands". Mirando hacia arriba lo que pude ver fue un montón de estrellas. Más de las que hubiera podido entender que existían. Viéndolas, inmóviles y perfectas, y vastas más allá de mi habilidad para entender, me sentí extraordinariamente humilde. Y agradecido tan sólo por estar vivo.

Hay momentos cuando estoy con buenos amigos, en lo que simplemente se siente bien respirar. El sabor de la mantequilla de manzana fresca en un bollo de mantequilla caliente es muchas veces más que delicioso, para mí se siente iluminador. Y para mí un suave beso honestamente puede detener el tiempo y el espacio.

A veces puedo estar tan abrumado por la sensación de estar vivo, que lloro, o me río, o grito, o sólo respiro hondo.

Y no, ni una sola vez he imaginado que eso es sobrenatural. Entiendo, que la cosa que es mucho más grande que yo, la que causó las Tetons tiene un nombre, y se llama "placas tectónicas".

Que ser humilde es simplemente el sentimiento de reconocer la realidad del pequeño significado de uno para un universo tan masivo. Y que estar agradecido de estar vivo no requiere que haya una persona hacia quien dirigir ese agradecimiento.

Reconozco que estar feliz en un ambiente social cómodo es un rasgo evolutivo de mi especie. Que mi cuerpo pide naturalmente ciertos alimentos por motivos nutricionales o hasta quizá psicológicos. Y que la intoxicación romántica es muy probablemente impulsada por la necesidad de procrear.

Pero Yo soy uno con el universo. No de manera metafísica, sino física. Yo soy tanto el universo como una supernova. Estoy hecho de las mismas partículas, gobernado por las mismas fuerzas. Soy genes que mutaron aleatoriamente, y fueron seleccionados naturalmente con base en su éxito en la supervivencia.

Y amo la mantequilla de manzana en un bollo. Me colapso en asombro ante la magnificencia de este lugar. Anhelo el romance. Y respiro aprecio por todo ello...

Tengo que, con toda mi esencia. Con todo mi espíritu. Porque imaginen, en todo el universo, podríamos ser las únicas cosas que pueden hacerlo, y eso es hermoso.

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