En seguimiento al post titulado Un laboratorio carísimo cuyo material son jeringas que publiqué el 24 de diciembre de 2011, el sábado pasado (el 25 de febrero) fuimos a tomarle otra muestra de sangre a Lucas a los Laboratorios Médicos Polanco de Azcapotzalco. En esta ocasión nos atendió una señorita que ya había atendido en una ocasión a mi musa, y mi amada se quedó con una impresión súper positiva y pidió que fuera ella quien nos atendiera, y todo salió de maravilla.
Yo entré con mi crío a donde le iban a tomar las muestras, le desvestí el torso y la señorita tomó su bracito y se lo extendió, y tras unos segundos de exploración dijo que la vena estaba muy bien. Entonces llamó a una compañera, y le pidió que le detuviera el brazo a mi pequeño de cierto modo, a mí me pidió que le detuviera el hombro, le desinfectó el lugar, le insertó la "mariposa" en el brazo, conectó los tubos de ensayo y la sangre brotó con presión y toda la cosa, llenó tres tubos de ensayo, y en tres minutos estaba limpiándole la herida a mi bebé y poniéndole un curita. Lo estaba terminando de vestir cuando entró la mamá a consolarlo, y lo cargó y lo apapachó y arrulló y nuestro pequeño dejó de llorar al poco rato.
La verdad es que fue una gran diferencia, y a partir del pasado sábado acudiremos a los laboratorios LMP, y en retrospectiva nos dimos cuenta (cada vez más ofendidos con los imbéciles del Hospital Infantil Privado) que lo que sucedió aquella vez en diciembre cuando le tomaron la muestra a Lucas no fue solamente un material poco adecuado. No señor, fue tanto un procedimiento mal hecho, como el que ya sea la subdirectora al igual que la chica de atención a pacientes encubrieran al personal negligente.
¿Cómo lo sé?, a) porque el idiota que pinchó a mi hijo lo hizo solo, lo cual le llevó como diez minutos de estarle apretando el bracito al bebé, cuando seguramente podía haber pedido ayuda a otro compañero suyo como lo hizo la chica de los Laboratorios Médicos Polanco; y b) porque el laboratoristo estuvo bombeándole sangre intentando extraer algunas gotas más (cosa que según la subdirectora se hace para que no se colapse la vena, mentira), si le hubiera dado en la vena, la sangre habría brotado casi casi a presión, y hubiera podido sacar, sin ninguna dificultad, una muestra más abundante de la que sacó, pero sólo obtuvo un mililitro; y c) porque el que al final el baboso técnico pusiera las etiquetas con las manos todas temblorosas no fue por miedo a mi amada, sino porque sabía que había hecho todo mal.
Y me encabrona mucho más porque las tipas que contuvieron el pleito no se pusieron a pensar que tendríamos necesidad de análisis periódicos y que nos daríamos cuenta, y entonces nos mintieron deliberadamente. Pero hay más, en ese hospital los análisis cuestan más del doble que en otros laboratorios, entre ellos al que acabamos de ir (mis respetos a LMP), y mucha gente llega a solicitar consulta y servicios y análisis a ese hospital con seguros de gastos médicos, pagando de su bolsa una porción del precio de lista; nosotros no, nosotros pagamos cash el precio completo. Es por gente como nosotros que ese hospital tiene liquidez, y maltrataron a mi hijo, y encima las altas jerarcas quisieron chamaquearnos.
Así que te conmino, amable lector, a que no uses el laboratorio del Hospital Infantil Privado, no saben hacer las cosas, no tienen material especializado, y si la cagan, no dan la cara.
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