2 de febrero de 2012

Los ateos y el enojo (6 de 6)

Esta es la sexta y última parte del listado de agravios por el que Greta Christina (y yo con ella) está enojada con la religión. Además está también la conclusión, de porqué el enojo es válido, valioso y necesario. Fragmento que extraje de esta entrada de su blog

Y me enoja cuando los creyentes actuan como si estas ofensas no fueran importantes, porque "no todos los creyentes actúan así, Yo no actúo así." Como si esa pendejada importara. Lo anterior es uno de los principales modos en que la religión juega en nuestro mundo, y me pone furiosa escuchar a los creyentes religiosos minimizarla porque no es como ellos ven el juego. Es como una persona blanca respondiéndole a un afroamericano que describe su experiencia del racismo diciéndole, "Pero yo no soy un racista". Si no eres un racista, entonces ¿puedes cerrar el pico por diez segundos y escuchar al negro hablar? Y si no eres intolerante en contra de los ateos y simpatizas con nosotros, entonces puedes cerrar la bocota por diez segundos y dejarnos decirte como es el mundo para nosotros, sin ponerte a la defensiva sobre cómo es que no es tu culpa? ¿Cuando fue que esta conversación internacional sobre el ateísmo y la opresión religiosa se volvió toda sobre ti y tus sentimientos heridos?

Pero tal vez, más que nada, Me enoja --chisporroteantemente, inarticuladamente, de pulso acelerado-- cuando los creyentes regañan a los ateos por estar enojados. "¿Por qué tienes que estar tan enojado todo el tiempo?" "Todo ese enojo es tan poco atractivo." "Si el ateísmo es tan bueno, entonces ¿por qué hay tantos de ustedes tan enojados?"

Lo que me lleva a la otra parte de este pequeño despotricar mío: por qué el enojo ateo no sólo es válido, sino valioso y necesario.

*****

Hay de hecho una respuesta simple y directa para esta pregunta:

Porque el enojo es siempre necesario.

Porque el enojo ha guiado cada movimiento mayor en pro del cambio social en este país, y probablemente en el mundo. El movimiento laboral, el movimiento de los derechos civiles, el movimiento por el sufragio femenino, el movimiento feminista moderno, el movimiento de los derechos de los gays, el movimiento anti-guerra de los años sesenta, el movimiento anti-guerra de hoy en día, el que sea... todos ellos han tenido, como una fuerza motriz principal, una cantidad tremenda de enojo. Enojo por la injusticia, enojo por el maltrato y la brutalidad, enojo por el desamparo.

Quiero decir, ¿por qué demonios más se molestaría la gente en mobilizar movimientos sociales? Los movimientos sociales son duros. Llevan tiempo, se llevan energía, conllevan algunas veces serios riesgos de mutilación y para la vida, riesgos comunitarios y de carrera. A nadie putas le importaría si no estuvieran furiosos por algo.

Así que cuando le dices a un ateo (o para el caso, a una mujer o a un gay o a una persona de color o lo que sea) que no esté tan enojado, estás, de hecho, diciéndonos que nos desempoderemos. Nos estás diciendo que entreguemos las herramientas más poderosas que tenemos a nuestra disposición. Nos estás diciendo que entreguemos una herramienta sin la cual ningún movimiento de cambio social ha hecho nunca nada. Nos estás diciendo que seamos educados y diplomáticos, cuando la historia muestra que la educación y la diplomacia en un movimiento en pro del cambio social funciona mucho mejor cuando está acoplado con un enojo apasionado. En una batalla entre David y Goliath, le estás diciendo a David que entregue su honda y su piedra, y simplemente... No lo sé. Que muerda a Goliath en los muslos o algo.

Reconoceré que el enojo es una herramienta difícil en un movimiento social. Una herramienta peligrosa, incluso. Puede hacer que la gente actúe ásperamente; puede hacer que sea difícil pensar con claridad; puede hacer que la gente trate a aliados potenciales como a enemigos. En el peor escenario, puede incluso llevar a la violencia. El enojo es válido, es valioso, es necesrio... pero también puede salirse el tiro por la culata, y feo.

Pero a menos que de hecho estemos haciendo peligrar o dañando a alguien, no le corresponde a los creyentes decirnos a los ateos cuando deberíamos y cuando no deberíamos usar esta herramienta. No les corresponde a los creyentes decirnos a los ateos que estamos yendo demasiado lejos con el enojo y que debemos calmarnos. Igual que no le corresponde a las personas blancas decirle a las negras, y a los hombres decirle a las mujeres, o a los heterosexuales decirle a los homosexuales. Cuando viene de los creyentes, no es útil. Es paternalista. Pasa por otro intento de quitarnos los colmillos y callarnos. Y sólo nos va a enojar más.

Y cuando los creyentes le digan a los ateos apasionados y enojados que el extremismo nunca está bien y que la verdad normalmente se encuentra en algún lugar intermedio, están cometiendo un gran, gran error. No sólo porque nos están haciendo querer escupirles en la cara. Están cometiendo un error porque están simplemente equivocados. Lean este ensayo del Daylight Atheism sobre El medio dorado. Lean las citas del movimiento abolicionista, del movimiento de los derechos civiles, del movimiento anti-guerra, de la revolución americana. Y luego vengan a decirme que la posición moderada es usualmente la correcta.

¿Y saben qué más? Creo que necesitamos tener una maldita perspectiva sobre este asunto del enojo. Es decir, veo al cristianismo organizado en este país --no sólo la derecha religiosa, sino algunas iglesias moderadas también-- interfiriendo con esfuerzos de prevención del SIDA, intentando meter su teología en escuelas públicas, intentando activamente prevenir que yo e Ingrid nos casemos legalmente, y enseñando toda la demás porquería de la que hablo en este ensayo.

Y veo a los ateos algunas veces siendo duros y sarcásticos en blogs y libros y revistas.

Y pienso, ¿Podemos por favor tener un poco de maldita perspectiva?

Porque la otra cosa con la que estoy enojada es el hecho de que, en este ensayo, he tocado --tal vez-- un centenar de todo lo que me enoja sobre la religión. Este ensayo apenas rasguña la superficie. Yo sé, casi sin duda, que a los cinco minutos de hacer clic en "Publicar" y subir esta pieza en mi blog, pensaré en otras seis cosas que desearía haber puesto en ella. Podría escribir un libro entero sobre todo lo que me enoja de la religión --otras personas ciertamente lo han hecho-- y aún no habría acabado.

¿Estás de verdad viendo toda esta mierda de la que te estoy hablando, una historia de milenios de antigüedad de abuso e injusticia, engaño e ignorancia voluntaria --y luego por otro lado, viendo un par de años de ateos siendo sarcásticos en internet-- y viendo a los dos de algún modo como equivalentes? O peor aún, ¿estás viendo a los ateos irritables como al mayor de los problemas?

Si estás haciendo eso, entonces con todo respeto, chinga tu madre.

Ahora te regresaremos a tus intentos agendados regularmente de civilidad.

1 comentario:

Elena dijo...

GUAU! Simplemente genial, qué claridad de pensamiento. Cómo me gustaría que tooodos mis conocidos religiosos lo leyeran y me dijeran siu opinión. Sobre todo esos que dicen que son científicos, evolucionados, incongruentes.