11 de mayo de 2012

Alérgico a la leche

Pues resultó que Lucas sí tiene una alergia, al menos una, podrían ser muchas más pero de las básicas, de las cinco que le mandaron hacer análisis, salió que es alérgico a la leche. Por suerte no es de las alergias violentas que en instantes te provocan paros respiratorios o cardiacos, sino que es un tipo de alergia que se manifiesta entre 12 y 36 horas después de entrar en contacto con la sustancia alergénica. La alergóloga nos dio muchas esperanzas, nos dijo que de entre los niños con ese tipo de alergia, al 75% se le quita tras los primeros seis meses de dieta de exclusión; que del 25% restante, tras otros seis meses más de exclusión se le quita al 85%; y del último 15% restante, tras otros seis meses más de exclusión se le quita la alergia al 95% de los niños. No es una cita exacta, pero ese era el sentido de su comunicación. O sea que la situación de Lucas sería un problema sólo si fuera parte del desafortunado 5% del 15% del 25% del total de niños con alergia a la proteína de la leche, es decir, 1.87 de cada 1000 niños con esa alergia siguen siendo alérgicos después de año y medio de dieta de exclusión; lo que significa que Lucas tiene muchísimas posibilidades de curarse.

Mientras tanto, mi musa también está a dieta de exclusión de leche, como ella lo amamanta no puede consumir ningún derivado, nada que esté hecho con leche, nada que contenga el más mínimo rastro de lácteos; y vaya que la leche es un ingrediente popular. En las botanas, la comida, los enlatados, los alimentos procesados como las salchichas de algunas marcas; en miles y miles de productos, si leen la etiqueta, verán que tiene uno de cinco posibles complementos lecheros, y si no dice que se hizo con algún derivado de la leche, dice que se hizo en equipos en los que también se usa soya y leche. Así pues, mi compañera está haciendo un gran sacrificio para que nuestro crío no consuma nada de lácteos, y no le tengamos que dar antistamínicos, y se cumplan correctamente los seis meses de dieta de exclusión. Tras todo este relajito de la ATR y las alergias me percato de lo genial de que haya especializaciones por órganos, digo, nos ha salido en una lana, pero Lucas está controlado y creciendo perfectamente.

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