19 de agosto de 2008

Determinismos y libertades

Tuvimos una conversación en auto de Texcoco a México respecto de la libertad con el novio de mi hermana, donde él se dice determinista, esto es, "no cree en la libertad". Bueno, no sé si se trata de creer o no creer como si de dios o la virgen, sino de estudiar el concepto a fondo, conocer sus paradojas, sus límites y sus ámbitos, y determinar cuales son las probabilidades de existencia de un acto libremente elegido dentro de todas las restricciones intrínsecas, determinadas y determinadoras.

Si de creer se tratara, yo me opondría con la ridícula incredulidad hacia cualquier determinismo. A él le desagradan los Éticos (como Savater y muchos más) porque parten del principio de que existe algo llamado libertad que nos permite moldear lo determinado. Esto es, se saltan la comprobación de la libertad y continúan la discusión sobre lo voluntario de la libertad. Creo que un determinista puro niega cualquier posibilidad de avance hasta que no se resuelva el crucialísimo punto de si la libertad es o no es. Si es, entonces debe poder ser evaluable y asimilable a una ecuación que la vuelva predecible y por lo tanto la niegue (al menos en parte, porque si no es asimilable y predecible no es estudiable). Si no es, no es y se acabó, y la ética es una chaqueta mental como cualquier otra religión.

Yo entiendo al determinismo como la suma de condiciones previas a cualquier suceso. Es decir, todo nuestro contexto. Y a la libertad, como la capacidad íntima para ser creativos al elegir entre las restringidas opciones que se nos presentan. En algún momento nuestro interlocutor nos dijo que "en oriente no necesitaron de la libertad para generar un registro de lo bueno y lo malo, simplemente llegas a una especie de escenario en el cual tu rol ya está determinado". Al respecto opino que el hecho de que exista una 1 una probabilidad de incumplir voluntariamente las expectativas, es una prueba de aunque sea algún grado de libertad. Mi postura es admitir cierto determinismo ineludible, y restringir al máximo el campo de acción al que me refiero cuando aplico el término libertad, curiosamente mientras más conoces el campo de acción en que te mueves, más libre te sientes en él. E.g. Un músico profesional conoce cada sonido de su instrumento y las restringidas pautas que lo rigen, pero dentro de esas limitaciones hay cabida para la improvisación y exploración. Aunque fuera tan sólo en esos ámbitos creativos, se la logra percibir. Libertad no es poder hacerlo todo, no es omnipotencia, es poder elegir consecuentemente un sendero diferente por el mismo bosque.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo me siento un determinista puro. Comnsidero que:
1. Todos los eventos están totalmente determinados a priori.
2. Para poder predecir de manera exacta un evento, necesitaríamos conocer todas las "variables" del contexto relevante (y saber cuál es el contexto relevante) y su valor.

Corolario 1. Esto vuelve imposible, al menos para nuestra mente, predecir exactamente cualquier evento. Lo que hacemos con la ciencia y la tecnología es medir aproximadamente (pero con un buen grado de precisión) los eventos.

Corolario 2. La libertad, aunque aparente, es perfectamente real porque la propia experiencia, la percepción del ser, sencillamente lo es todo. Todo lo que sea real para la experiencia es como si fuera real "afuera" de ella.

Estoy seguro que estas consideraciones deben ser muy antiguas, y que además han sido expuestas con mucho mayor elegancia, aunque no tengo referencias dello.