En esta época es prácticamente imposible pensar en la esclavitud. Afortunadamente se promueven valores como 'el trato humano' y 'la libertad' en todos los medios y discursos. La esclavitud fue oficialmente abolida a nivel mundial a finales del siglo pasado. Es decir que desde entonces sigue habiendo trata de personas pero ya no con el aval oficial del gobierno, o de manera ilegal si se prefiere, y es algo reprobable socialmente.
En la época de la emancipación de los afroamericanos se debatía (entre los esclavistas) sobre los esclavos como de ganado o de maquinaria. Los dueños alegaban bondadosísimamente que no era lo mismo pagarles un sueldo y dejarlos a sus debilidades o irresponsabilidades individuales, que mantenerlos en buenas condiciones de operación, supervisando su apropiado alojamiento y buena alimentación, así como alejándolos de los vicios y malos habitos. Como dice por ahí Chomsky, podía haber propietarios benévolos y humanitarios en contados casos, aunque eso nunca hizo que la institución de la esclavitud fuese buena per se.
Durante los siglos 18-19 los empresarios de las naciones "civilizadas" descubrieron que era mejor tener esclavos-a-sueldo (wage-slaves) que tener la propiedad sobre las personas. Antes, si un esclavo quedaba inválido y por lo tanto inservible, la elección era entre matarlo o mantenerlo de por vida, cualquier elección con su nivel de carga emocional-moral-social-económica-etc; mientras que en esa misma circunstancia con un empleado, se le suelta una compensación simbólica (a veces) y se despide al elemento. Si bien se relaja el lazo que une a patrón y empleado, no se pierden las viejas ventajas del mando-obediencia. Más de dosmil años para llegar a esta conclusión: sólo había que cambiar el elemento de coherción. En lugar de los periódicos y temibles latigazos ejemplares de escarmiento, la amenaza de carestía presenciada diariamente en el barrio o en la calle es más que suficiente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario