El viernes invitamos a Rodrigo a ver la película Stardust Memories, que mi musa y yo vimos extasiados por segunda vez. Claro, antes cenamos unos champiñones al pimiento que lo que sea de cada quién me quedaron exquisitos, acompañados de fondue y vino tinto. En mi caso, disfruté la película de principio a fin, cosa que no sucedió con mi musa que como la empezamos a ver como a eso de las dos, se durmió durante la última tercera parte. Ya como a las tres, rodrigo pidió un taxi y se fue a su casa. Conversando con mi musa coincidimos en que nos gustaría tener otra habitación para ofrecerla a nuestros huéspedes cuando es muy tarde, porque eso de transitar esta ciudad durante la madrugada me parece arriesgado, y porque nuestro sentido de la hospitalidad queda un poquito frustrado.
El sábado fuimos a comer con los papás y hermanos de mi amada a un restaurante con vista a un delicado puente vehícular de concreto. Nos la pasamos super bien, hicimos chistes, juegos de palabras, D comentó sobre el proyecto que está llevando y hubo sugerencias y consejos muy sabios por parte de los familiares. Poco después nos dirigimos todos a casa de mis suegros donde vimos el inicio del partido en que Jamaica ganó 1 - 0 al equipo deste país bananero. Volvimos al hogar y vimos una comedia romántica chafona con Drew Barrymore y Hugh Grant.
El domingo mi dulce compañera se quedó a trabajar mientras yo fui a ver a mis papás a Texcoco, comí pozole, conversé con mis viejos largo rato, luego les instalé en sus computadoras skype para que puedan comunicarse entre ellos y conmigo, y después mi papá me trajo hasta el depa con una escala previa en el Costco en donde compré un ligerísimo edredón de pluma de ganso tamaño king size que ambicionaba desde hace un par de inviernos. Ahora que vengan los fríos correspondientes a este ciclo planetario nos harán los mandados.
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