Hace algunas noches fui partícipe de una conversación por chat que según esto sería la primera de una larga serie de reuniones de trabajo en las que algunos amigos y yo nos coordinaríamos para trabajar remotamente en proyectos diversos, en un servidor dedicado contratado por el Xico para sus trabajos freelanceros con el Óscar. Rodrigo llegó con cuatro buenas ideas que encontraron una oposición inflexible y tremenda, comprensible desde cierto punto de vista pero que me hicieron enfrentarme a la realidad.
Uno: usar un canal de irc en lugar del messenger tiene sus ventajas, entre ellas que no se cae ni se rompe como el messenger que dejó de funcionar a mitad de la charla que hubiéramos podido concluir menos abruptamente si la hubiéramos efectuado en el irc. Dos: unificar todos los proyectos en un sólo trac (seguidor de casos para programadores) "para que no se escondan los tickets" (unidades de trabajo) ya no sé si sea tan buena idea, en primer lugar por la razón por la cual se pretende hacer, que habla más de un error en el método en el seguimiento de los proyectos que de una falla en la herramienta misma. Tres: usar el trac para medir el esfuerzo hecho y así repartir el botín me parece buena idea también, pero tal vez haya que definir 'botín' como la parte que se reparte, quitada la tajada de quien consiguió el trato; esta idea permite además emplear participación externa remunerada según los parámetros que establezcamos y no limitarnos al código que podamos escribir nosotros solos. Cuatro: mudar todo lo que tenemos desperdigado en otros sitios a ese servidor también me parece buena idea, sobre todo porque algunos sitios están tras un modem asimétrico (que transmite menos de lo que recibe) y por lo mismo no tienen un desempeño envidiable.
Lo que vi fue a Rodrigo promoviendo agresivamente esas ideas como algo "urgente", mientras que del otro lado había apatía, qué digo apatía, rechazo a cualquier cambio que arriesgara lo hecho hasta ese momento o que representara cualquier esfuerzo adicional. Entiendo que la posición de Rodrigo o la mía no son de dependencia vital con respecto a ese servidor, y por lo tanto Xico y Óscar que sí dependen dél tengan la última palabra en cuanto a lo que se hace en última instancia. Lo que no entiendo es la negativa a escuchar los argumentos del otro, tan sólo para sopesarlos, no ya para adoptarlos. En fin, a veces el empuje sinergiza, a veces se estrella contra la pared.
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