13 de noviembre de 2008

Trabajar más, por más dinero

Me encuentro en una encrucijada, no sólo hay tanto trabajo en la oficina como para aventar p'arriba, sino que quisiera trabajar en proyectos comerciales personales o con mis amigos, que me permitirían obtener ganancias superiores de dinero y por tanto mejorar mi nula capacidad de ahorro. ¿Por qué quiero ahorrar?, pues para poder cambiarme de depto, para comprar otra computadora, para tomar algunas decisiones sin sentir la coacción restrictiva de la economía de subsistencia en que ahora sobrevivo. Lograr ser efectivo en los dos frentes no parece algo fácil, sobre todo por el tiempo necesario, y sin embargo es algo que ambiciono. Quisiera un día cambiar mis lazos con quienes me emplean así como tener lazos comerciales con suficientes entidades como para no depender económicamente de nadie en particular.

Hace poco vi una película llamada Noviembre, de un grupo de teatro de performance callejero, que se negaba a recibir dinero para actuar, ya que no querían prostituir lo que hacían y tanto les gustaba. Según ellos privilegiaban su libertad, decidir qué poner, donde, etc, en lugar de que esas cosas estuvieran impuestas por el cash en juego. Seguramente es muy sabio, excepto que hay otro camino para lograr los mismos fines: según recuerdo, Dalí o Picasso llegaron a ser tan cotizados que podían hacer lo que se les viniera en gana y venderlo carísimo. Es decir, que existen modos de lograr libertad artística, o bien eres un luchador espartano que vive de otras cosas diferentes a tu arte, o bien logras tal encumbramiento en vida que aunque firmaras como obra de arte un mojón de caca embarrado en una superficie, sería consumido a un alto precio por unos admiradores absortos y apreciativos.

En mi caso no tengo el dilema ético de sacar o no el pan de mis habilidades, pues no entronizo a ninguna. Y aquellas en las que más talento tengo (como son aprender, leer u observar) no tienen gran cotización mercantil que digamos, y no me importa hacerlas sólo para mí. Hay otras en las que no soy tan habilidoso, para las que mi apego es diferente: no me pondría a programar por programar.

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