Resulta que durante las noches, al momento de ponerme a escribir, me entra un sueño tan pesado, pero tan pesado, que cabeceo y se me cierran los ojos, y el esfuerzo que debo hacer para hilar, para hacer que una oración quede coherente, es un esfuerzo casi heróico. Aunado a eso está que, sin importar que durante el día se me hubieran ocurrido un montón de ideas para el texto desa noche, al sentarme frente a la pantalla, del cansancio se me olvidan todos esos geniales destellos y mi mente queda en blanco.
Por lo que ahora estoy considerando escribir en las mañanas, el problema es levantarme más temprano. Porque no podría llegar a escribir a la oficina, ¿verdad?
1 comentario:
Sí que NO puedes.
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