15 de agosto de 2010

Video meliora proboque

¿Por qué es tan difícil dejar de fumar?, si como bien dice el Óscar, lo único que hay que hacer es: dejar de hacerlo. En la misma línea, ¿Por qué es tan difícil bajar de peso?, si igualmente, sólo es cosa de alimentarse menos, de dejar de comer en exceso, de dejar de hacer, de no-hacer... Esto es, en la lógica de mi amigo, para "no-hacer" no se requiere un gran despliegue de energía ni nada, no hay ni siquiera un esfuerzo involucrado. Sé que en el primer caso las sustancias que uno ingiere al quemar tabaco son adictivas, y por lo tanto están en otra liga diferente de la sobrealimentación. Pero no en realidad, porque estamos diseñados biológicamente para encontrar cotidianamente el camino del menor esfuerzo, y para buscar y consumir los alimentos con mayor contenido calórico y proteínico: de modo que menos actividad y más calorías no puede darnos más que los resultados que vemos en la mayoría obesa de México de la que soy parte.

Siguen siendo ligas aparte, porque fumar no es una necesidad, mientras que alimentarse sí. Alimentarse sí, ¿pero alimentarse en exceso, también? Resulta que los seres humanos no solemos hacer lo estrictamente necesario para sobrevivir. Todo está envuelto en un halo de sensualidad o de ludismo. En cuanto a la comida por ejemplo, existe la gastronomía, con una refinación tal que llega al absurdo total desde el punto de vista de los profanos. El otro día vi un programa de televisión en que tres cheffs competían para satisfacer el refinado paladar de un panel de jueces mamonsísimos, y las exquisiteses exóticas y mezclas raras de ingredientes estaban a la órden del día. El tabaquismo por su parte, no tiene una fachada tan refinada, excepto para una micro comunidad que degusta los distintos tabacos que existen en el mundo. Creo que en el caso de las drogas físicamente adictivas, representan al principio un momento de comunión lúdica con el grupo, y también cierta sensualidad.

También, como factor común del tabaquismo y la sobre-alimentación, está la oralidad, residuo de la fase oral, en la que el placer de ser amamantado llega por la boca, la boca como factor de placer, aquello que nos llevamos a la boca debería provocarnos, según esto, un gusto primitivo que nos remite a los primeros ventytantos meses de vida. Está también ese viejo adagio latino: Video meliora proboque, deteriora sequor (Veo lo mejor y lo apruebo, pero sigo lo peor), que habla de la debilidad humana. De cómo es más por debilidad y/o ambición (y no tanto por maldad) que las personas actuan de manera poco razonable, o poco conveniente, o de plano perjudicial para ellas y/o los demás.

Total que ya no he fumado, o bueno, ya llevo una semana y media sin fumarme un cigarrillo entero, y sin fumar de más de uno al día, con un par de días de de plano no tocar ni un cigarro. No he comprado tabaco, en parte porque al estirar y estirar la quincena el presupuesto para cigarros desapareció. Pero he seguido sobrealimentándome. Ah, qué difícil es mejorar, qué dura es la virtud...

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