En mi prepubertad, o infancia tardía, me fue dado un libro del cual no recuerdo el título (pero lo buscaré), sobre una niña y su león. Lo resumo: en África, una niña vive su semi-salvaje infancia al lado de su padre, (un guarda-parques), y al lado también de un león: un felino adulto macho melenudo que se ha encariñado infinitamente con su humana ama. El león es delicadísimo con la niña, y al mismo tiempo es el mejor y más dedicado de los guardianes, juega tiérnamente con ella, y se deja maltratar con estoicismo por su dueña adoptiva. En realidad el león es el personaje principal de la novela, un personaje perfectamente amable, mejor amigo, compañero y cómplice de la otra personaje principal, la niña. Gran parte de la novela es dedicada a describir esa relación íntima tan especial, mientras se narran algunas aventuras en el mundo salvaje de la sabana africana. Cerca del final de la novela llega al parque una tribu nómada y uno de los miembros más jóvenes se acerca al guarda-parques y le pide en matrimonio a su hija, el cual responde que con gusto, pero se la dará hasta que el muchacho nómada se convierta en hombre. Pequeño detalle, en esa tribu el ritual para volverse hombres consiste en matar a un león. Y así, al poco rato llega el joven salvaje con una lanza a "cazar" al león de la niña, el cual primero se aleja, pero al verse acosado y agredido finalmente reacciona y se abalanza sobre su atacante, y lo hiere gravemente. Cuando el joven nómada cae herido, antes de que el león lo remate, el guardaparques dispara al majestuoso felino y lo mata. Gran tragedia, la niña al final es fría y distante, seria, su sonrisa se ha perdido para siempre, odia a su padre, y se prepara para irse a estudiar a alguna escuela europea.
Cuando leí esa novela, era chico, y mi simpatía era toda para el león y su niña, así que no entendí el acto del papá y lo odié junto con su hija. Me decía que en realidad tenía que haberle disparado al idiota primitivo ignorante y brutal nómada, en lugar de al león, a todas vistas extraordinario tesoro natural. Hoy, ya adulto, rememoro ese libro y me pregunto sobre las alternativas del guarda-parques. Matar al agresor del león hubiera sido contraproducente legalmente; dejar que el león acabara con su atacante no hubiera garantizado la seguridad del felino, ni hubiera sido bien visto por las autoridades. Además, creo que cualquier ser humano adulto armado y con moral humanista, si ve cómo una fiera ataca a otro ser humano, intentará defender a la otra persona antes que al animal. El día de hoy sé que el guardaparques de la novela hizo lo "correcto".
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