En los pasados posts de estrategia, delineé mi idea de cómo ir paso a paso hacia un Parecon. De cómo usar el consumo, la parte menos cuidada policialmente de una economía (la cuidan por otros medios, como la publicidad y los salarios), para hacer una revolución de terciopelo, que funcionara sin mando central. No hablé de entrenar tropas ni nada por el estilo pero es obvio que si un Parecon creciera sería visto como amenaza a destruir por las cúpulas capitalistoides; y por eso lo ideal es que el modelo crezca en primer lugar dentro de las naciones que son hoy en día las más capitalistas para evitar autoataques, que se haga en red y se dé simultáneamenteen en muchos puntos para que no baste con intentar destruir tan sólo una ramificación.
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