Traducido de la Micro-habla, esto quiere decir que la estrategia por medio de la cual el fabricante privativo dominante aleja a los clientes de su competencia --infundiendo miedo, incertidumbre y duda respecto de la viabilidad a largo plazo de otros softwares-- no es efectiva con respecto a los programas registrados con la GPL. Los usuarios del código GPL, incluyendo aquellos que compran el software y los sistemas a algún revendedor comercial, saben que las mejoras y reparaciones futuras estarán accesibles en los bienes comunes, y no deben temer ni que desaparezca su proveedor actual ni que alguien use una mejora particularmente atractiva o una reparación desesperadamente necesitada para impulsar la "privatización del programa".
Este uso de las reglas de propiedad intelectual para crear bienes comunes en el ciberespacio es la estructura institucional central que permite el triunfo anarquista. Asegurar el libre acceso y permitir modificaciones a cada etapa del proceso significa que la evolución del software ocurre de un rápido modo Lamarckiano: cada caracteristica favorable adquirida del trabajo de los otros puede ser heredada directamente. De ahí la velocidad con la que el kernel de Linux, por ejemplo, creció por encima de todos sus predecesores privativos. Puesto que la deserción es imposible, los gorrones son bienvenidos, lo cual resuelve uno de los rompecabezas centrales de la acción colectiva en un sistema social privativo.
La producción no privativa es también directamente responsable de la famosa estabilidad y confiabilidad del software libre, la cual surge de la que Eric Raymond llama "la ley de Linus": con suficientes ojos, todos los errores son superficiales. En términos prácticos, el acceso al código fuente significa que si tengo un problema puedo arreglarlo. Pero puesto que puedo arreglarlo, casi nunca tengo que hacerlo, porque alguien más casi siempre ya lo vio y arregló antes.
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