22 de noviembre de 2010

Café frío

Me ha dado, últimamente, por servirme una taza de café y dejarla enfriar por completo sin darle un sólo sorbo. Luego, ya que está bien frío, me bebo el café amargo y refrescante casi al hilo. Para esto, debe ser café americano de buena calidad, porque tanto el espresso como el capuccino sigo bebiéndolos calientes, y el de mala calidad, ps ya no lo bebo ni de broma tras haberme generado agruras y dolores de estómago en la oficina. No sé si beber el café frío tenga alguna repercusión en mi salud, o si se pierdan propiedades desas que lo tienen a uno despierto, o si pudieran criticarme los degustadores y conocedores del buen beber café... sólo sé que ya me gusta mucho más así, como bebida refrescante, que calientito y azucarado. La desventaja es que en reuniones sociales y familiares no me lo tomo cuando todos los demás están bebiendose su cafecito, sino hasta mucho después; y me arriesgo a que un alma piadosa se ofrezca a calentármelo, o bien intente hacerlo sin siquiera preguntarme, o peor aún, que me lo retire y lo tire, porque evidentemente "ya no está bueno y nadie-se-tomaría-una-porquería-así" ¿o sí?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

IJOLES DISEN K CON ESO SE TE KAE EL PITO AJASJAJASJ