1 de noviembre de 2010

¿Pueden anticiparse las catástrofes?

Los embutidos, licores, frutas secas, etc; son modos de conservar alimentos más allá del tiempo que normalmente durarían. Lo cual viene de una tradición guerrera, de asedios y tiempos de vacas flacas, de la belicosa vieja Europa. Un buen jamón serrano en condiciones apropiadas puede durar bastante tiempo, y de hecho para estar listo se tarda entre uno y tres años. Mi abuela paterna solía cocinar cáscaras de papa, y nos platicaba que ese era un platillo de tiempos de La Guerra (lo pronunciaba con mayúsculas), en los que todo, hasta lo que normalmente se tiraba a la basura, debía servir. Recuerdo unos vecinos en Francia, que tenían en el zótano de su departamento unos grandes refrigeradores como de carnicería y una planta de luz, con víveres y combustible como para tres meses. Iban sacando comida de ahí según una agenda, e iban reponiendo lo usado con alimentos frescos, estando así siempre listos para la tragedia.

Todas estas me parecen buenas estrategias en caso de alguna desgracia o guerra, igual que la del huertito de subsistencia, siempre y cuando uno esté armado y entrenado para defender esas preciosas reservas. De lo contrario, "el enemigo" puede llegar y meterse a tu sótano o cava o casa misma, y aprovechar lo que con tanto celo estabas guardando, sin que puedas hacer nada por impedirlo. Tal vez la estrategia completa debería incluir un escondite subterraneo, sensores de movimiento colocados en puntos clave, posiciones para emboscar a los invasores, armas y municiones y entrenamiento, reservas de alimentos y bebidas para como un año, etc. Ah, y confiar en que a ninguno de los locos que hayan empezado ya a mandar a sus soldados a matarse los unos a los otros, se les ocurra detonar algún artefacto nuclear...

Mejor disfrutar desos embutidos, licores, frutas secas y quesos y panes hoy, que el mañana podría no llegar nunca. ¿Pero y si llega?

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