8 de noviembre de 2010

Anarquismo triunfante (36 de 36)

En este contexto, la obsolescencia del androideIp no es ni impredecible ni trágica. De hecho podría encontrarse a sí mismo retumbando estruendosamente en el desierto, aún explicando lúcidamente a una audiencia imaginaria las lucrativamente complicadas reglas de un mundo que ya no existe. Pero al menos tendrá compañía familiar, reconocible por todos esos relucientes partidos en Davos, Hollywood, y Bruselas. Los Amos de los medios están encontrándose con el destino, a pesar de cuanto sientan ellos que la Fuerza está de su lado. Las reglas sobre las cadenas de bits son ahora de dudosa utilidad para mantener el poder apropiándose de la creatividad humana. Vistos claramente a la luz de los hechos, estos emperadores tienen incluso menos ropa que las modelos que usan para capturar nuestros ojos. A menos que sean apoyados por tecnología que discapacite a los usuarios, una cultura de vigilancia penetrante que permita que cada lector de toda "propiedad" deba registrarse y pagar, y una pantalla de humo de aliento de androides asegurándole a cada joven que la creatividad humana se desvanecería sin la aristocracia benevolente de BillG el creador, de Lord Murdoch de todos lados, el maestro de los juegos y el Señor gran ratòn, su reinado está casi acabado. Pero lo que está en juego es el control del recurso más escaso de todos: nuestra atención. Reclutar es lo que hace todo el dinero del mundo en la economía digital, y los actuales dueños de la tierra pelearán por ello. Unidos contra ellos están solamente los anarquistas: dones nadies, hippies, aficionados, amantes, y artistas. El desigual enfrentamiento resultante es el gran asunto político y legal de nuestro tiempo. La aristocracia se ve difícil de vencer, pero así era como se veía en 1788 y 1913 también. Es, como Chou En-Lai decía sobre el significado de la revolución francesa, demasiado pronto para saber.

Sobre el autor

Eben Moglen es un profesor de Leyes e Historia Legal, Columbia Law School.
E-mail: moglen@columbia.edu

Reconocimientos.
Este ensayo fue preparado para una lectura en la Conferencia internacional Buchmann sobre leyes, tecnolgía e información, en la universidad de Tel Aviv, Mayo de 1999; Le agradezco a los organizadores por su amable invitación. Estoy en deuda como siempre con Pamela Karlan por su visión e impulso. Deseo agradecer especialmente a los programadores al rededor del mundo que hicieron posible al software libre.

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