Mucha gente debe pensar que un traductor es un personaje gris que se la pasa copiando libros de una lengua extraña a su propio idioma, que con saber aproximadamente la otra lengua se puede traducir con relativa facilidad, y que por lo mismo no debe ser bien remunerado. Pues bien, todo lo anterior es falso, excepto por lo del personaje gris (hasta cierto punto).
Un traductor, o más bien, un buen traductor, es un personaje que se la pasa leyendo muchos libros, en su lengua y en otras, y por lo general es cultísimo. Hace falta saber súper bien el manejo del lenguaje de origen, para entender expresiones idiomáticas que de otro modo resultaría oscuras y de traducirse literalmente no harían sentido. A veces un traductor pasa horas y horas buscando la palabra adecuada, el término exacto para el contexto, etc. Y además, he conocido a traductores a los que les alcanza perfectamente para vivir tranquila y holgadamente.
Yo me considero un buen traductor (modestia aparte), además de alguien que tiene buenas habilidades para redactar y corregir, ya me he probado a mi mismo que puedo traducir del francés y del inglés al español con bastante fluidéz y celeridad, hasta poemas y textos literarios. Ahora bien, ¿cómo le hago para que me encarguen traducciones y me las paguen?
2 comentarios:
Yo no te voy a pagar, pero te encargo la traducción de A une Damoyselle malade.
Con gusto, es un magnífico reto, gracias :-)
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