18 de marzo de 2011

El traductor no es como lo pintan

Mucha gente debe pensar que un traductor es un personaje gris que se la pasa copiando libros de una lengua extraña a su propio idioma, que con saber aproximadamente la otra lengua se puede traducir con relativa facilidad, y que por lo mismo no debe ser bien remunerado. Pues bien, todo lo anterior es falso, excepto por lo del personaje gris (hasta cierto punto).

Un traductor, o más bien, un buen traductor, es un personaje que se la pasa leyendo muchos libros, en su lengua y en otras, y por lo general es cultísimo. Hace falta saber súper bien el manejo del lenguaje de origen, para entender expresiones idiomáticas que de otro modo resultaría oscuras y de traducirse literalmente no harían sentido. A veces un traductor pasa horas y horas buscando la palabra adecuada, el término exacto para el contexto, etc. Y además, he conocido a traductores a los que les alcanza perfectamente para vivir tranquila y holgadamente.

Yo me considero un buen traductor (modestia aparte), además de alguien que tiene buenas habilidades para redactar y corregir, ya me he probado a mi mismo que puedo traducir del francés y del inglés al español con bastante fluidéz y celeridad, hasta poemas y textos literarios. Ahora bien, ¿cómo le hago para que me encarguen traducciones y me las paguen?

2 comentarios:

choco Nocturno dijo...

Yo no te voy a pagar, pero te encargo la traducción de A une Damoyselle malade.

persona.vitrea dijo...

Con gusto, es un magnífico reto, gracias :-)