Los estudiosos de física han abandonado las explicaciones que recurren a los propósitos. Los antiguos creían que los cuerpos caían porque siempre buscaban su lugar natural, que era en la superficie de la tierra. Tales explicaciones teleológicas no eran científicas. La física moderna, como la conocemos hoy en día, se pudo desarrollar sólo después de haber dejado atrás ese tipo de explicaciones. Gracias a Galileo y Newton, los científicos llegaron a pensar en el movimiento y la ley de la gravedad de un modo totalmente distinto.
Los biólogos, también, abandonaron las explicaciones que recurren a los propósitos. Podemos decir, aproximadamente, que el propósito del corazón es bombear sangre, pero eso no nos lleva muy lejos. Las sofisticadas terapias de la medicina moderna dependen de un conocimiento más finamente granulado sobre la fisiología y la bioquímica del corazón.
El pensamiento político, esperemos, ya abandonó las explicaciones que recurren a los propósitos. En regímenes totalitarios, un individuo es importante solo mientras cumpla un rol en la sociedad. Tiene un propósito, que es contribuir al bien del estado. En regímenes democráticos, un individuo es importante por sí mismo. Tiene derechos políticos inherentes. Su valor no es solamente instrumental; no es que sea importante solo mientras cumpla con el propósito del estado. Su valor es intrínseco.
Entonces, también nosotros, debemos abandonar la búsqueda de un propóstito cuando pensamos sobre el sentido de la vida. De otro modo seremos atrapados por razonamientos que van así: El sentido de la vida es el propósito de la vida; la vida no tiene propósito; por lo tanto, la vida no tiene sentido. Debemos dejar de buscar un sentido instrumental. Nuestras vidas no son recursos que sirven a un propósito mas alto. En cambio, deberíamos buscar el sentido inherente, sentido que debe encontrarse dentro de la vida misma. No deberíamos creer que algo tiene sentido sólo si tiene un propósito. En cambio, deberíamos creer que algo tiene sentido sólo si es inherentemente valioso, esto es, sólo si de verdad importa.
1 comentario:
Yo no creo que la intimiden más como que ella sabe que no tiene por qué hacerles caso. Es decir, ya les agarró la medida. Pero esa es sólo mi hipótesis
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