7 de mayo de 2011

Las verdaderas revoluciones culturales

Imagino que en la era post Gutemberg, en lo que se adoptaba la imprenta por todos lados, hubo quienes veían todos los defectos habidos y por haber, incluso quienes pensaban que eso sólo traería destrucción de viejas tradiciones y de modos de vida. Tal vez los monjes copistas en sus scriptoriums temían que ya no fueran a ser necesarios (o al menos no sus habilidades predilectas), y cosas por el estilo. Y de hecho, a unos siglos de distancia casi ningún libro se hace a mano, los habrá todavía, pero como artesanías o copias exclusivísimas de manuscritos del pasado. Si bien el trabajo del copista en la actualidad es menos requerido que en la antiguedad, sigue existiendo y es un noble oficio que puede llegar a ser bien remunerado. Tal vez los que antiguamente trabajaban con libros, cuando empezaron a ver los nuevos trabajos, aquellos hechos por "la máquina", los criticaban por no tener alma, por ser todos iguales, por no permitir la riqueza de ilustraciones en los márgenes y en las mayúsculas de inicio de capítulo.

Por el otro lado, entre los que adoptaban la tecnología, tal vez había quienes querían hacer cosas nuevas, novísimas, nunca vistas, libros de tres mil páginas, revistas, dossiers, depliants, carteles, posters, etc. Sin en realidad poder sacar nada absolutamente nuevo porque el medio en sí tenía sus límites. Lo que sí, es que a cinco siglos y medio de distancia, sabemos que la imprenta gutembergiana revolucionó a Europa y luego al mundo. Claro, el invento es anterior al buen Johannes, pero él tuvo la brillante idea de imprimir la biblia, y con eso se volvió famoso.

En la actualidad vemos a gente que trabaja en medios impresos satanizando y temiendo a la internet, que si va a acabar con los medios impresos, que si no es negocio, que si al rato ya no van a ser necesarios editores, redactores, correctores de estilo, etc. Que si va a acabar con una tradición de varios siglos, etc. Y la verdad es que sí, pero no de inmediato, y sin que la imprenta deje de existir definitivamente. Imagino un futuro en el que aún haya quien quiera tener un volumen impreso en su librero, y lo mande a hacer a un artesano impresor, mientras que todos los demás contenidos estarán digitalizado y en línea y visibles en casi cualquier superficie.

Yo me encuentro entre los que adoptaron la tecnología casi desde el principio, no pretendo hacer cosas novísimas, eso sí, porque mi impresión es que el medio permite hacer todo lo anterior, más barato y repartirlo hacia más gente. Sé que este medio, esta tecnología, está revolucionando al mundo aceleradamente, y me gusta mucho, y espero que en unos años todos estemos conectados a internet y haya información disponible para todos, etc.

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