15 de mayo de 2011

Plagas comunes citadinas

Cuando era soltero y vivía con algunos amigos en nuestro depto de solteros, la higieneo hogareña no era el fuerte de ninguno, o bueno, suponiendo que en una desas yo lavara los platos y medio arreglara, a los demás les valía madres y en menos de una hora todo estaba otra vez patas p'arriba. Llegamos al último departamento que compartimos y ya había plaga de cucarachas, pero tras nuestra llegada se multiplicaron en proporciones tremendas y llegado un punto, entrar a la cocina incluso de día era entrar en territorio cucaracho. De repente matábamos alguna que otra, y la dejábamos embarrada en la pared "para escarmiento de las otras", pero a ellas no les importaba y seguían saliendo cínicamente a la luz del día. De noche no se diga, si alguien entraba a la cocina por la madrugada, era probable que hasta le cayera una cuca en el pelo de lo tupida que estaba la ocupación. Intentamos envenenarlas y fumigarlas, pero seguramente ya eran bastante resistentes a los insecticidas convencionales, y nada funcionó.

En el depto pasado, con mi musa, nos invadieron hormigas rojas. Parece que las hormigas son más torpes que las cucas, porque cuando la invación cucaracha del párrafo anterior, nunca encontramos insectos ahogados porque hubieran resbalado en un refresco, pero con las hormigas sí; de repente había vasos repletos de hormigas muertas, eso sí, no había ninguna cucaracha.

Ahora bien, en este último departamento, se alternan dos plagas: hormigas negras y cucarachas, en proporciones pequeñas porque mi musa y yo mantenemos relativamente limpio. A diferencia de mi experiencia pasada con las cucas, de día nunca salen, y de noche se encuentra alguna solitaria y despistada, por la pared de la cocina, que por lo común masacramos en cuanto la vemos. Y las columnas de hormigas negras aparecen muy de vez en cuando cuando hay algo en el bote de la basura orgánica apetecible para ellas. Un amigo nos comentaba que las hormigas competían con las cucarachas, de modo que habría un equilibrio y ni habría tantas hormigas ni tampoco tantas cucas. Lo anterior es cierto, no hay tantas de ninguna, pero por nuestros hábitos de higiene hogareña, porque si hubiera más comida suelta seguramente puluarían ambas. De hecho, anoche, encontré una columna de hormigas en el bote de basura, y a un par de cucas caminando por el mismo sendero que las hormigas, impunes, como si nada, grandes cuatas unas de las otras. Obvio que efectué una masacre y maté a todas las hormigas que pude ver, y a las dos cucas, luego cerré la bolsa de basura y me vine a sentar frente a la compu, no sin algo de comenzón psicosomática.

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