24 de septiembre de 2011

En guerra contra la sociedad

Cuando Calderón declaró que el crimen organizado mata a más personas que las dictaduras, ni si quiera me pregunté porqué lo decía, porque el sentido de esa afirmación es bastante obvio: vamos a establecer una dictadura, y de ese modo habrá menos muertos, ¿no?, y ahora resulta que el nuevo plan de "seguridad" de Calderón equivale a instaurar un estado policiaco.

Pero claro, en un estado policiaco son menos los muertos que en un estado fallido (aunque policiaco y fallido son casi casi sinónimos), la diferencia es que en el policiaco los policías mismos son los que llevan a cabo los asesinatos sin ganar ni un centavo más, mientras que en el estado fallido los polis sólo se hacen de la vista gorda y reciben además un sobresueldo bastante atractivo.

En realidad esto sólo evidencia lo corta de miras que es la estrategia gubernamental en contra del crimen organizado (c.o.); en lugar de atacar las finanzas del c.o. con medidas audaces como despenalizar las drogas (su fuente principal de ingresos), y reconcentrar las fuerzas policiacas y militares en el combate a los secuestros y la trata de personas; o medidas como hacer que los fiscales sean independientes del gobierno federal; establecer un sistema de educación superior universal; fomentar (sí, subsidiar) empresas que generen los empleos necesarios para que no haya tantos ninis, etc. Pero no, la idea general es que todo está bien así como está, sólo hay que incrementarlo, y en eso se les va el presupuesto y todo el capital humano.

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