En estas últimas dos semanas he logrado despertarme y levantarme como quince minutos antes de lo que solía hasta hace poco. Logro acopiar la fuerza, sentarme en la cama, alzarme, ir a la cocina por un vaso de agua, preparar el biberón matutino de Loana, tomar algo para desayunar, vestirme, y de todos modos estoy saliendo a la misma hora que antes.
No entiendo en qué se me van esos quince minutos que le robé (o pedí prestados) al sueño, según yo tenía que aprovecharlos y salir quince minutos más temprano, pero no, hay algo en mi inconciente que me sabotea, que me hace procrastinar, dejar mis objetivos hasta el final, y tendría que buscar qué es porque si no me va a resultar mucho más difícil salir de pobre, y por mis crios quiero salir de pobre.
Tengo un oficio que cada vez hago mejor y se paga bien y con el que puedo hacer productos informáticos valiosos y venderlos, escribo más o menos coherentemente, hablo/leo/escribo en cuatro idiomas, pero no he podido explotarme para que Loana y Lucas (sí, ese es el nuevo nombre, y parece que será el definitivo) tengan al menos acceso las posibilidades que yo desaproveché, pero que ojalá que ellos no.
10 de octubre de 2011
15 minutos antes sin resultados
Etiquetas: reflexiones - Publicó persona.vitrea a las 09:00
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