Loana se nos volvió a enfermar. Ahora del estómago, y según la pediatra de su guardería es por parásitos intestinales o lo que comunmente llamamos amebas. Tales bichos suelen vivir sin muchos problemas en nuestros organismos, excepto cuando por un bajón en las defensas se multiplican y su número crece más allá de lo normal.Así que le mandó unas medicinas y una dieta en la que están prohibidas las golosinas. Lo cual está muy bien porque nuestra fierecilla ya se había acostumbrado a pedir y pedir dulces y a que le cumpliéramos el capricho.
A propósito de caprichos, hace un par de semanas mi amada le compró a nuestra pequeña unas botas bien bonitas, con peluchito y todo, y resultó que Loana se negó rotundamente a ponérselas, hasta se tiró a llorar y si intentábamos ponérselas se revolcaba como si la lleváramos al matadero. Creímos que era el peluchito porque ya antes había rechazado unas chanclas con un acabado similar, así que de regreso a la tienda a cambiar las mugrosas botas, por otras de puro cuero, y según yo, el doble de bonitas.
Cuando se las intentamos poner volvió a reaccionar desproporcionada y adversamente, y total que convencí a mi compañera que me dejara ponérselas a pesar del llanto. Al principio y ya con las botas puestas se quejó, lloró, gritó, hizo drama, pues, por la siguiente media hora, pero al ver que no estaba funcionando y que le dejaríamos las botas al menos otra hora, se fue calmando. Al poco rato andaba correteando por la casa con sus botas, eso sí, cuando le pregunté que si quería que se las quitara corrió hacia mí y me respondió que sí. Espero que la siguiente vez que se las pongamos su reacción sea menor y menos prolongada.
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