Hace un par de semanas mi musa y yo decidimos que para que Loana no sufriera un shock demasiado fuerte por la llegada de su hermanito y los cambios que eso acarreará, yo empezaría cuanto antes a llevarla a la guardería. Por supuesto, esa semana yo llevé a mi criaturilla una sola vez, y un día en que mi amada tenía un compromiso super importante tempranísimo en la mañana. Los demás días de las siguientes dos semanas nos apiadamos del sueño de nuestra pequeña, además de que yo ya iba tarde para el trabajo, así que nuestra inducción para prepara a Loana a la vida con una mamá ocupada cuidando a otro mocoso fue deficiente.
Esta semana fue diferente: el martes yo llevé a nuestra infanta a la escuela, no sin un enorme esfuerzo para levantarla, lo que además ocasionó que yo llegara una hora más tarde que de costumbre. Hoy miércoles nos tomamos tiempo: treintaycinco minutos para despertarla-vestirla-peinarla, y ahora llegue "solo" media hora más tarde de lo acostumbrado al trabajo. De cualquier modo, es obvio que para llegar a tiempo al trabajo debo salir al menos 20 minutos antes de mi hora de entrada, con lo que tendría que empezar a despertar a mi niña a las siete y cinco, con lo que yo tendría que empezar a prepararme a las seis y media... ¿Acaso lo lograré?
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