27 de marzo de 2012

Contabilizar a los que se abstengan

Me parece antigenial, o más bien absurdo, el bombardeo que están lanzando en los medios masivos de promoción del voto. Es decir, es obvio que una porción sustancial de la gente ya no cree en la democracia representativa; nomás no saben qué otras opciones pueden existir, si valdrá la pena luchar por ellas, si no se corromperán con el tiempo como lo que hoy en día está "funcionando", etc.

Es obvio, también, que ante la inmensa transparencia que está surgiendo gracias a internet (los escándalos se destapan masivamente a segundos de haber sucedido), ya nadie cree en ninguno de los candidatos, del color y posición ideológica que sean.

Y también es obvio que mucha gente ya no se traga los anuncios de las campañas mediáticas, por más simpáticos, dramáticos, ingeniosos que puedan ser.

Ante todo lo anterior, y sabiendo que los que organizan las campañas publicitarias lo saben también, surge lo evidente: se trata de grandes negocios publicitarios; se trata de gastarse millones y millones de pesos para decirle a la gente que vote, que si no "después cómo va a reclamar", que valore las propuestas más sensatas para elegir, que ejerza su derecho/obligación, que la cosa no se acaba con las elecciones sino que luego hay que "seguirle la pista" a quien quede (como si pudiéramos quitarlo tras cacharlo en movidas chuecas), etc. Todo lo cual en realidad no está destinado a convencer a nadie de que de hecho vaya a las urnas, sino a llenarse los bolsillos de lana.

El que controla a los medios masivos controla en gran medida la opinión. Con lo que incluso si no va a votar el 70% del padrón electoral, el gobierno puede declarar que todo el proceso fue un éxito. Sin embargo, tal vez haya modos vía internet de conocer cuantas personas no votaron o dejaron su voto en blanco, y así contrarrestar el cerco desinformativo. Jmmmm, súrgeme una idea, hacer una página en la que los que no voten se registren: que pongan el número de su credencial de elector, que elijan entre algunas opciones --no fui, voté en blanco, anulé mi voto--, y en un pequeño campo de texto (por ejemplo de 140 caracteres) que pongan el motivo. La idea sería contabilizar a los que no votaron, y que el registro quedara abierto un par de semanas después de las elecciones. Llegado un punto, si los que no votaron suman 40 millones, los medios no podrían alegar que fue a votar más del sesenta por ciento de los electores.

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