Ayer terminé el libro Los versos satánicos, de Salman Rushdie, y la verdad la verdad la verdad, tildar a ese libro o a ese autor de blasfemo es una exageración. Es decir, sí, se mete con "el profeta", y también con el arcángel Gibreel; pero se asegura de que todo quede en un sueño. Es más, incluso si hiciera viajar en el tiempo a su personaje principal para encontrarse con Mahoma (en la novela llamado Mahound), no estaría haciendo nada distinto de lo que J.J.Benitez con su Caballo de Troya. De hecho, pone muy pocas palabras en boca de Mahound...
La cosa está así, Gibreel Farishta, estrella de Bollywood, en algún momento, y según cree él por haber comido carne de cerdo, empezó a tener sueños en los que él era el arcángel, de modo que presencia los inicios de Mahound y como, en un momento dado, este último con tal de pactar la aceptación de su Dios por parte de las autoridades de la ciudad, admite públicamente que también se pueda adorar a otras tres deidades femeninas. Luego se retracta, claro está, pero ese "desliz" es lo que constituye los "famosísimos" versos satánicos, ya que supuestamente esa concesión se la sopló al oído el mismísimo chamuco en lugar del arcángel (lo curioso es que Mahoma sí había incluido versos de aceptación de otras deidades, y sí se retractó poco después).
Pero si eso, y otros pequeños detalles más, es todo; entonces definitivamente los musulmanes que decretaron la fatwa en contra del autor indú son unos enfermos mentales que de tanto leer un único libro han perdido la capacidad para interpretar correctamente otros textos. La novela está buena, es realismo mágico, hay partes que me recordaron 100 años de soledad, cuando Macondo se llena de mariposas por el amor entre Meme y Mauricio Babilonia, del mismo modo en Los versos satánicos hay una profetiza que es visitada por Gibreel y esta está permanentemente rodeada de mariposas. En otro fragmento el personaje antagonista se vuelve un diablo enorme, y es hasta que logra enfocar su odio y desahogarse que retoma su forma humana. En sí me agradó, me dejó un buen sabor de boca, así que si pueden (y no temen ser lapidados por una horda de analfebetas), lean ese libro, se los recomiendo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario