Deseos racionales
Si nos vamos hacia la que ha sido la teoría más influyente del valor en la filosofía reciente, la del deseo informado, o del deseo racional, entonces podemos evitar los dos problemas anteriores. Por ejemplo, James Griffin sugiere que lo que nos importa es "... el cumplimiento de los deseos que las personas tendrían si apreciearan la verdadera naturaleza de sus objetos." (Griffin 1986:11) Y Richard Brandt escribe:
Llamaré 'racional' al deseo, aversión, o placer de una persona, si pudiera sobrevivir a, o ser producido por, una 'psicoterapia cognitiva' cuidadosa de esa persona. Llamaré a un deseo 'irracional' si no pudira sobrevivir de modo compatible a juicios claros y repetidos sobre hechos establecidos. Lo que eso significa es que el deseo racional puede enfrentar, o será incluso producido por, el conocimiento de la verdad; mientras que el deseo irracional no puede. (Brandt 1979:113)
Brandt llama 'psicoterapia cognitiva' al proceso completo de confrontar los deseos con información relevante, a travez de representarla repetidamente, idealmente de forma vívida, y en un momento adecuado..." (Brandt 1979:113) Para otros filósofos, los deseos informados no son los deseos que tendríamos si estuviéramos totalmente informados. En cambio, son los deseos que quisiéramos tener nosotros mismos, o que nos recomendaríamos tener, de estar perfectamente informados. Peter Railton escribe que "... el bien de un individuo consiste en lo que él quisera querer, o perseguir, si pudiera contemplar su situación actual desde un punto de vista total y vívidamente informado sobre sí mismo y sus circunstancias, y por completo libre de errores cognitivos o lápsus de racionalidad instrumental." (Railton 1986:16)
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