11 de marzo de 2012

La onda es no imponer

Después de la serie de "Déjenlos que coman carne" en la que traduje un artículo de Monbiot salido en The Guardian, llego a mis propias conclusiones.

1. El vegetarianismo es una opción alimentaria que cualquiera puede seguir. De hecho, yo no estoy ni a favor ni en contra, aquel que sienta que esa es su opción, que ese es su camino, por mi puede elegirla (o transitarlo) y "que vaya con Dios". En cualquier caso, dependiendo del grado de vegetarianismo hay que consultar a especialistas en nutrición para evitar consecuencias personales nefastas.

2. Yo no soy vegetariano porque ninguno de los argumentos a favor de cambiar mi dieta para consumir puros vegetales me ha parecido suficientemente contundente. El dolor/sacrificio de animales no me parece una abominación aborrecible; el desvío de alimentos para alimentar ganado está mal, pero no es la norma ni puede culparse a la carne de ello, sino a la codicia de los industriales que la producen; y el agua que supuestamente se necesita (de 10mil a 100mil litros según varias fuentes) para cada kilo de carne, es un dato estéril porque no es como si esa agua se saliera del ecosistema, o del planeta, y no siguiera su ciclo normal, al usarse para una res. Vamos, que yo no he visto a una res de 4500 metros cúbicos de toda el agua acaparada que nadie más podrá usar. Además, no consumo carne más que una vez a la semana, a veces menos.

3. Lo que sí me caga en muchos vegetarianos es esa pose de autoridad moral. Esa actitud de "yo-sí-estoy-haciendo-algo-por-el-mundo" que caracteriza a quienes se ponen a hacer proselitismo con respecto a su dieta preferida. Que si los otros son malos porque matan animales para comer; o que si son malos porque niños africanos se mueren de hambre o sed por la comida que no recibieron porque se las dieron a las vacas. Quiero decir, sí, entiendo que esa fuera su razón para dejar de consumir animales, y qué bueno que quieran ser congruentes con sus ideales. Eso está perfecto, pero no por eso aquellos que no vemos al mundo de ese mismo modo somos malos, inferiores, menos sensibles, más salvajes, ni nada por el estilo. Ese discurso de "yo soy mejor que tú porque no como carne" me disgusta sobremanera. Ustedes aliméntense exclusivamente de semillas, si quieren, pero no por ello son mejores seres humanos que yo, así que si vienen a tratarme como a su inferior, métanse su dieta por donde más les apetezca.

No hay comentarios.: