He encontrado que las series de televisión tienen cuatro trucos para mantener enganchada a su audiencia. El primero, y más difícil de lograr, y que más que un truco constituye el núcleo de cualquier artificio destinado a llamar tu atención, es la calidad. Si el guión es bueno, si las actuaciones son convincentes, si la filmación y la edición son innovadores, entonces la serie puede funcionar. Todavía no está garantizado que tenga éxito, para eso los que la ven deben prendarse de ella, deben comentarla en sus oficinas, deben verla día con día, o semana con semana, y la audiencia debe crecer, de modo que si cuando empieza la ven un millón de telespectadores, al final debe haber dos o tres millones. Y eso se logra cautivando a la gente; pero en lo que eso pasa, en lo que un televidente de verdad se vuelve fan de hueso colorado, existen los otros tres trucos para hacerlo volver a la cita la siguiente semana:
En primer lugar, cada capítulo debe contener una historia en sí mismo, y concluirla. Así como en los casos del Dr. House, en los capítulos de series policiacas, o en otro tipo de dramas sentimentales, debe haber algo que se empiece, y para el final del episodio, algo que se termine, de preferencia deben ser la misma cosa, pero se puede concluir algo empezado en capítulos anteriores, así como dejar inconcluso algo que se inició en el episodio recién visto. No importa, cada capítulo debe tener algún desenlace y eso es lo que cuenta, que se cierre, que se resuelva, que se entienda algo del personaje, o de la historia en general, o del mundo imaginario en el que viven los seres de nuestra serie predilecta.
En segundo lugar, aunque este truco no me gusta mucho porque me parece digno de las peores telenovelas mexicanas, y es algo que no solemos ver en House, o en Alcatraz, o en Awake; es con respecto a algo inminente que sucede al final, puede ser ya sea algo esperadísimo que parece que finalmente va a suceder, como cuando todos están buscando a un personaje por varios episodios y parece que al fin se acercan a la meta, y van a abrir la puerta detrás de la que...(fade out); o también puede ser algo "inesperado", como ver a la novia de uno de los personajes caminando de la mano con otro de los personajes, o que el malo active algún mecanismo que amenace con matar a uno de los meros meros (o a algún miembro de su familia), etcétera.
El tercer truco es una historia un poco más larga que cruza varios episodios. Por ejemplo, tenemos al policía que en cada capítulo descubre al maleante, lo encarcela y cierra su caso, y se ve cabrón, y es el mejor en lo que hace, esto es, todo un héroe; pero resulta que alguien del FBI o algún superior u oficial de alguna dependencia mayor empieza a sospechar de él por corrupción o algún otro detalle, lo investiga, y lo sigue por varios episodios hasta que se demuestra la inocencia del héroe. O como la historia de amor que hubo entre House y Cuddy entre las temporadas 5 y 7; era una trama más sutil que subyacía a todos los casos episodio a episodio.
En resumen, en una buena serie cada episodio debe ser excelente en su calidad y guión, debe tener un desenlace, debe concluir o mandar a anuncios con algún asunto inminente y dejarlo pendiente, y debe tener, además de la trama narrada en el capítulo mismo, otra historia más larga entrelazada entre varios episodios seguidos.
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