24 de agosto de 2012

Una guia para los sin Dios: C8-Emociones (9 de 11)

Motivación

Las emociones explican en parte la motivación. La gente psicológicamente sana quiere generalmente las cosas debido a razones. La razón para querer lo que quieren siempre tiene algo que ver con sus emociones. La motivación de alguien puede ser intrínseca, como cuando va a la tienda porque le gusta comprar. La motivación de alguien más también puede ser extrínseca, como cuando va a la tienda para complacer a alguien a quien teme. Sin embargo, en ambos casos, las razones para sus motivaciones recurren a sus emociones, en un caso el gusto y en el otro el temor.

Las emociones se expresan en acciones. Las emociones más básicas --temor, enojo, alegría, y asco, por ejemplo-- producen expresiones faciales innatas características. Las emociones más sofisticadas producen motivaciones mediadas por la cultura y la personalidad, y acciones mediadas por estrategia y circunstancias. Nuevamente esto da pie a errores. El modo en que alguien está motivado a expresar una emoción puede ser inapropiado. Por ejemplo, los sentimientos amistosos pueden expresarse ocasionalmente dando regalos. Sin embargo alguien cuya amistad lo motiva a hacer regalos que son demasiado grandes o demasiado frecuentemente está motivado inapropiadamente.

Notemos, sin embargo, que las normas sociales frecuentemente median la espresión de una emoción en acción. Por ejemplo, culturas diferentes tienen convenciones diferentes para el intercambio de regalos entre amigos. Así que algunas veces es difícil discernir si alguien está motivado de manera inapropiada o simplemente no entendió las convenciones.

Fisiología

Las emociones están en el cuerpo. Las respuestas emocionales incluyen típicamente respuestas corporales: respuestas de conducta tales como los reflejos de 'lucha o huye', respuestas automáticas del sistema nervioso (como los cambios en la presión sanguínea o la tendencia a que se le erice a uno el pelo), y respuestas hormonales como la liberación de adrenalina al torrente sanguineo. Probablemente, nuestra percepción interna de esas respuestas corporales juega un gran papel en nuestros sentimientos, en nuestra experiencia conciente de una emoción. (Damasio 2003:83-133)

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