Puesto que prácticamente todo mi presupuesto se va en los chamacos, hace años que no me compro ropa, ni unos pantalones, es más, los cinco pantalones que tenía los usaba varios días de la semana y se fueron desgastando de las ingles hasta quedar agujereados. Así que los llevé repetidamente al sastre a que me los parcharan. Pero, obviamente, el desgaste no sólo era en la ingle, sino que en las piernas ya se veían viejos y desgastados, opacos, deslucidos, frágiles, etc. Eran cinco, tres de vestir y dos de mezclilla, y con esos me las arreglaba para vestirme todas las mañanas y trabajar, y llegar a casa y quitármelos lo más pronto posible para evitar un mayor desgaste del necesario. Todo hasta hace dos semanas que sucedió el, ¿cómo llamarle? ¿milagro?, no, digo, fue algo buenísimo y estoy súper agradecido, pero no fue un milagro, en todo caso fue una conjunción de generosidad/oportunidad de la que salí súper beneficiado.
La cosa estuvo así: mi cuñado, hermano mayor de mi musa, un gran tío (de mis hijos :-P), hace algunos meses se puso a dieta y el resultado fue que bajó cerca de 20 kilos, tal vez más, así que toda su ropa dejó de quedarle. Entonces, una noche en casa de mis suegros, mientras conversábamos le preguntó al novio de una sobrina que qué talla de pantalones usaba, la respuesta fue la misma talla que uso yo, así que cuando mi cuñado le dijo que si quería le podía regalar unos pantalones pregunté medio en broma pero también ilusionado de ampliar mi miserable stock de pantalones: "¿donde es la fila?, yo también quiero". Mi cuñado tomó nota y me dijo que me llamaría cuando los tuviera listos para que fuera a recogerlos a su oficina.
El día llegó y fui a recoger los pantalones. En la puerta estaba esperándome una maleta carry on de esas para viaje internacional, grandotas, pesadísima. Cuando llegué a mi casa la abrí, y me puse súper feliz, el equivalente de prácticamente 10 navidades estaba frente a mi, 34 pantalones 18 de vestir y 16 de mezclilla, todos de marcas buenísimas, todos en perfecto estado (ni parecían usados), y casi todos me quedaron. Digo, desde entonces me he puesto un pantalón diario y no los he repetido, y ya casi llevo un mes "estrenando". Claro, sé que técnicamente no son nuevos nuevos, pero definitivamente están como nuevos, y yo estoy extremadamente agradecido. Jejeje, ahora a ver si algún otro familiar se pone a regalar sus camisas... Y si no, de cualquier modo ya ir a comprarme playeras y camisas ahora que llegue el aguinaldo no debe ser tan difícil ni tan caro. Por otro lado, con bajar unos ocho kilos me van a quedar perfectos incluso los pantalones que me quedaron un poquito apretados. Ya es hora de que sea más estricto con mi dieta, ya es hora de hacer más ejercicio, ya es hora de desaletargarme.
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