23 de octubre de 2007

Presente y futuro

Esta semana no he avanzado mucho en los textos para el blog. Pero, ¿de cuándo hablo?, ¿si se supone que estoy publicando en el futuro?, Este dilema me atormentó durante un buen rato, hasta que llegué a la siguiente conclusión:

Escribo en mi presente y de mi presente, el futuro puede postularse torpemente, eso es todo. Si de repente me encuentro con un post que dice que estoy atrasado en el trabajo (cuando ya terminé todos mis pendientes) ni modo. El que yo publique en diferido de una o dos semanas no debe de cambiar mi perspectiva de que escribo de mi presente (en el momento en que escribo). Y si con ello causo que mis lectores se acongojen por mis penas cuando ya pasaron, pues les aviso ahora mismo, y ya nos reiremos juntos.

Mientras tanto he comprobado la ventaja de tener ahí listos los siguientes posts. Ha habido días que no he podido ponerme a escribir, y si no hubiera tenido el material anteriormente elaborado, hubiera habido huecos en mi inmaculado mes. De hecho, en este momento tengo todavía ocho de reserva. En un día que salga temprano del trabajo intentaré adelantar más.

Como podrá percibir cualquier asiduo a este blog, el look ya cambió, ya aparecen los temas, y aunque todavía no emprendo la reetiquetación hacia el pasado (otra ilusión), mi orgullito se pavonea ante la cantidad escrita (al parecer, a ese sentir nadie le ha hablado nunca de la calidad).

Ya es tarde e iré a descansar, ya sé que esto sale a las nueve de la mañana, pero de tu tiempo buen lector. Por lo pronto quiero llenar de caricias y apapachos a mi amada.

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