Tengo trabajo y es retador y entretenido, además de llevarlo a cabo en buena compañía. Tengo un amor como el sol por mi dulce princesa. Tengo salud, o por lo menos no padezco de enfermedades evidentes y/o dolorosas. Tengo una mente despierta, hambrienta de datos que procesar y de hipótesis que experimentar. Tengo una sonrisa impulsiva y frecuente, casi ofrecida. Tengo tendencia hacia el goce, pues tengo un cuerpo con sentidos alerta y atentos. Tengo certeza de mi muerte futura (o al menos posterior a este post). Tengo cierta experiencia que me da no poca cautela, tengo ambiciones y sueños y ganas, y sexo delicioso todos los días.
Yo creo que para explicar la canción de los roling-stones cuyo tema es el título de este post, primero habría que definir el verbo tener. ¿Acaso aplica (más allá de lo meramente metafórico) por igual en todos los casos anteriores? o en otras palabras ¿Se puede hablar igual de tener: mente, sonrisa, experiencia, amor o trabajo?
(Nota: con este post, aunque aparezca en su fecha correspondiente, me adelanto. Puesto que ya sabía de qué tema era mañana, pero en realidad lo escribí hoy ¿cuándo?)
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