Debido a que hace poco cambiamos de regadera (antes deficiente, luego rota), Diana y yo hemos estado guajireando con respecto a las características de la ducha perfecta.
1.- La presión debería de poder ser regulable independientemente del piso en que uno tenga su depto, por lo que necesitamos una bomba que se prenda mientras nos bañamos, y mantenga la presión según lo que deseamos.
2.- Nunca tendría que acabarse el agua caliente, por lo que será necesario un calentador eléctrico de paso, por duplicado (por si se descompone uno dellos, principio de alta disponibilidad).
3.- La instalación debería permitir que uno pasara horas en la regadera sin repercusiones al medio ambiente, por lo que toda el agua tendrá que reciclarse por medio de una máquina de ósmosis inversa, y almacenarse ya limpia nuevamente en el tinaco.
4.- Como el medio ambiente es importante, todo lo que funcione con energía eléctrica será provisto por páneles solares, o generadores eólicos o geotérmicos, o una mezcla equilibrada de todas esas tecnologías.
5.- El lugar en que se encuentre la regadera debe estar casi sellado, para que no entre el frío en época de fríos, pero debe permitir que la oxigenación no se interrumpa.
6.- Debe ser de dimensiones amplias para permitir que uno meta un asiento, para recibir el agua cómodamente sentado y pasar el tiempo que uno quiera siendo acariciado por el agua.
Ahora viene lo mejor: la regadera.
Debería ser un círculo, un aro de un metro y medio de diámetro, expandible a dos. Que pudiera bajarse a la altura del cuello o de la cintura y volverse a subir. Con chorritos de agua a distancias y presiones regulares, de inclinación ajustable.
Tal vez pueda manejarse todo desde un control remoto o un panel en la pared.
Los planos están en fase de desarrollo, habrá que patentarlo y vendérselo a los hoteleros y/o constructores de espacios lujosos, para tener lana y comprarnos la nuestra...
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