27 de octubre de 2007

Tom Engelhardt

Para cualquier persona interesada en la crítica de verdad, con huevos, al imperio desde el centro del mismo, una fuente indispensable es Tom Dispatch. Una de mis lecturas favoritas, que sale normalmente dos veces por semana.

Los últimos artículos que leí fueron:
Uno del cuatro de octubre, en que el teniente coronel retirado William Astore compara a los generales gringos de la actualidad llenos de barritas y medallas, con los que había en la URSS bajo Brezhnev (personas sin mucha experiencia en el campo --algunos cursitos premiados con coloridos adornos para el pecho--, necesitados de todas esas señalizaciones cromáticas para infundir "autoridá").
También, uno del nueve de octubre en que el cronista Robert Lipsyte menciona algunos de los escándalos deportivos y de farándula que fueron fumarolas para tapar otras porquerías políticas y de la guerra contra el terrorismo (brrrrr).
Otro que salió el once. Una crónica del excelente periodista Nick Turse acerca de una conferencia de fabricantes de equipo militar, de defensa, de seguridad, y de contratistas variados que preparan los próximos 100 años de guerra urbana, entre pláticas ascépticas, con tono simpático y galletitas y café.
Y finalmente del quince y dieciséis. Una reconstrucción en dos partes, del periodista independiente David Morse, de un viaje para acompañar de regreso a sus pueblos en Sudán del sur, a tres niños perdidos (personas que en su infancia, por ataques inflingidos a sus pueblos, salieron huyendo durante los ochentas, y que por fortuna acabaron en los EU y lograron integrarse), y de las condiciones deplorables en que "viven" en la actualidad los habitantes de ese desolado territorio que es presa de la avidez de las corporaciones energéticas mundiales. Los niños perdidos no se quedan al final en Sudán. Parten otra vez con la esperanza de poder mandar a lo que queda de sus familias los bienes que logren acumular en América.

Tom generalmente es el presentador de variados escritores, reporteros y periodistas (también es excelente redactor en su propia columna). Y su sitio, como se puede ver es una fuente excelente de material que uno nunca encontrará en los medios masivos comerciales. Lo recomiendo ampliamente.

No hay comentarios.: