14 de diciembre de 2007

El abrazo de clases

Las clases. Según los socialistas hay dos: capitalistas y proletariado. Según la visión de Parecon hay por lo menos tres: las dos anteriores, con enmedio a "los coordinadores"; empleados bien tratados, que reciben muchos beneficios económicos, toman bastantes de las decisiones, y se encargan de someter a los obreros en nombre de los dueños. Yo creo que hay muchas más de tres clases, casi tantas como las castas indús, y no tanto porque existan diferencias económicas, sino por la opresión entre unos y otros, así pues vemos dentro de una misma clase pero diferenciados por el poder, a padres de familia sometiendo a sus hijos y esposa, al amigo transándose al amigo, al hermano golpeando o aterrorizando al hermano menor, al mesero negándose a servir al negro o al indio (pero no al blanco), al albañil mofándose del campesino, etc. Lo simplifico a los siguientes términos: la lucha es entre oprimidos y opresores, lucha de los oprimidos (no necesariamente en el ámbito económico) por hacer respetar su dignidad y sus derechos humanos.

Que el capitalista explote al proletariado es la regla direccional opresiva común, pero ¿qué pasa si el proletariado toma el poder? La primera cosa es eliminar al capitalista, ya sea de manera física (guillotina), ya sea confiscando el diferencial que lo distancia de los otros, su capital. En seguida elige a un grupo de individuos considerados capaces, y les entrega las riendas de la economía para que mejoren la situación de todos. Los nuevos "responsables" se corrompen y abusan de su posición tapándose los unos a los otros. Al poco rato la opresión está a niveles mayores que antes y la rebelión (que no revolución) que tanto costó se va a la chingada.

¿Se pueden imaginar un mundo en el que el proletariado oprima a los capitalistas, sin que estos últimos dejen de ser los capitalistas? No lo creo, pero entonces, si hay una lucha, ¿adonde se supone que desenbocará?, ¿no es acaso la huelga (y otros mecanismos de presión) una forma de reconocer y legitimar al capitalista?, al sentarse los líderes sindicales a negociar beneficios, ¿no están también pidiendo seguir siendo lo que son, aunque con algunas mejoras? ¿No pretende, al hacer una marcha o un plantón, que los de arriba escuchen? Pues entonces al exigir también se establece una cómoda relación de autoridad, que se pretende modificar pero no destruir. Por eso lo veo como a las parejas autodestructivas, se pelean y se odian y desprecian, pero no se atreven a dejarse.

Soy injusto, claro, el obrero no está en condiciones de mandar al capitalista al cuerno porque necesita tener con qué sobrevivir. Pero mientras siga necesitando al capitalista, su condición nunca mejorará sustancialmente. Círculo vicioso por excelencia, que no se puede combatir con métodos tradicionales, y para el que la solución es desarrollar una estrategia que permita que los individuos 1.- retomen el control de su consumo, 2.- lo lleven a cabo en grupo, 3.- inicien actividades productivas para suplir dicho consumo, en las que sean sus propios jefes y administradores, eliminando la necesidad de mendigar unas mejoras infames, al mismo tiempo que se empieza a competir en el mercado con los capitalistas. Pero de esto escribiré mucho más adelante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"....Los nuevos "responsables" se corrompen y abusan de su posición tapándose los unos a los otros. Al poco rato la opresión está a niveles mayores que antes y la rebelión (que no revolución) que tanto costó se va a la chingada...."


eso es xq vivimos en una sociedad sin valores, xq los valores humanos nos hacen vernos como seres de la misma raza, q se deben ayudar y no auto destruir, pero para eso, no solo la sociedad mexicana, sino la humanidad necesita tiempo.

Cuando rescatemos los valores, primero como familia y luego como sociedad, claro q me puedo imaginar q eso pase sin q haya corrupción, pero ese es un proceso de generaciones y no de 15 minutos como decia algun ex-presidente...