Durante el ciclo que está por concluir, no he tenido tiempo de adelantar, y cada vez me acerco más a la posibilidad de estar redactando media hora antes del momento de publicación agendado. El trabajo está de locos, estaré ahí programando hoy sábado, el domingo, el lunes, el martes y también el miércoles, día en que deberíamos estar entregando, para que el viernes alguno de nosotros vaya a instalar la aplicación a los laboratorios que la solicitaron. Quiera el impronunciable que todo salga según el plan y logremos concluir a tiempo.
Por otra parte, me alegra que me hayan pagado aguinaldo. Hacía tres años que no me daban, porque en picnic la situación laboral era una basura. En donde ahora estoy está pútrida, pero rescatable, porque hay prestaciones y seguro.
La agenda ha seguido sirviéndome para ponerme a pensar en algo que decir con respecto a los temas programados; así como para presionarme en escribir aunque sea un par de párrafos al día, actividad que paradójicamente me cuesta cada vez más, y menos. Dirán compañeros unixeros que less is more y tendrán razón.
Ahora (2:30am), tras una semana de agotadoras veladas de trabajo, me iré a descansar.
15 de diciembre de 2007
La marcha forzada del trabajo
Etiquetas: reflexiones, trabajo - Publicó persona.vitrea a las 12:01
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