El título es a modo de festejo, empecé a bloggear en junio. Por agosto decidí darle una periodicidad diaria, en la que no he fallado desde septiembre (bueno, en ese mes me atrasé un poco y luego me recuperé). Pero de todos estos minúsculos hechos hablaré próximamente.
D y yo fuimos anoche al boliche (para los españoles los bolos). Fuimos con su hermana y seis de sus sobrinos. Nos divertimos mucho y para el final me aventé dos chuzas (RAE: 3. f. Méx. En el juego del boliche o bolos, lance que consiste en derribar todos los palos de una vez y con solo una bola). con lo que aunque perdimos, me sentí sumamente satisfecho. Claro que mi pulgar de la mano derecha todavía no se repone, y mi hombro me da muestras de cansancio.
A D le gusta el boliche y me aficionó ligeramente al llevarme, pero no es un deporte al que queramos apegarnos demasiado, su papá jugó a nivel de campeonatos internacionales cuando joven, y ahora sufre terribles dolores en el hombro. Quizá un par de veces al año, para mover de forma distinta el cuerpo y echar relajo con seres queridos, pero dedicarnos no.
Ahora que he tenido el coche de mi papá algunos días, D y yo concluimos que es comodísimo tener nave. Ojalá que ahora que las economías de mi amada y mía se mejoren (algún día), nos compremos un pequeño automóvil para movernos en la ciudad, y salir de ella de vez en cuando.
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