4 de diciembre de 2007

Las empresas y nosotros

La estupidez y el despilfarro son los hábitos de las grandes corporaciones. Por ejemplo: a finales de junio contraté la línea telefónica que ahora uso para navegar, y hemos recibido en promedio cinco llamadas al día desde Bancomer, Banamex y otros, buscando a una tal Gloria Hernández.

Siempre cuidando nuestra intimidad, en esta ciudad de secuestros y demás ataques telefónicos, respondimos que estaba equivocado, o que aquí no vivía, sin ofrecer mayores datos (así por tres meses). Eso no funcionó. Entonces decidí ser más agresivo: ahora tomo datos de compañía y operador telefónico, le explico que contraté la línea en junio, que NO conozco a la persona que buscan, que por favor pongan en su base de datos que aquí no es... y siguen mamando.

Por una parte me imagino a los pobres miserables del call center con ese trabajo infructuoso de mierda. Por otro, a un gerente que quiere conservar su fuente de ingresos y el presupuesto de su área presentando números de avances, contactos establecidos y cobros logrados, a sus directivos, sin cuestionarse la utilidad de su departamento. A la vez a los directivos engatuzados por su propia gente, con los objetivos y metas planteados estadísticamente a lo pendejo, sin posibilidades de retroalimentación efectiva, asignando un porcentaje de los ingresos de su empresa a ese esfuerzo que, como se ve ahora, sólo les traerá mala publicidad y los obligará a asignar más presupuesto al igualmente vacío rubro de publicidad, otro pozo sin fondo.

Creo que una empresa dispuesta a pagar, para que le hagan 750 llamadas a lo largo de cinco meses a un mismo número, irritando a quien no tiene ni vela en el entierro, sin posibilidad de acercarse ni llegar al destinatario que intentan alcanzar, es una compañía de una estupidez infinita. Con esa falta de visión, yo no sé qué hago con mi poquito dinero ahorrado en Banamex, y por supuesto, nunca usaré BBVA-Bancomer (son los que más llaman).

Debido a que cuando D y yo conversamos entendemos estas cosas, así como por las ganas que tenemos de hacer todos los días algo nuevo, creo que lograremos gran producción en nuestros campos de acción durante nuestras vidas (Odín mediante). Y tal vez, algún día, cierta estabilidad económica. Por lo pronto, entender donde falla y pierde el sistema, es fuente de conocimiento invaluable para nosotros, y tal vez nos sirva también para saber en su momento, por donde es que empezará a desmoronarse este modelo obsoleto de voracidad insaciable y desperdicio inconciente en que vivimos.

No hay comentarios.: