Ya estoy acabando La misteriosa llama, siguen en fila Crimen y castigo (Dostoievski), El valor de elegir (Savater), uno que me regaló mi hermana llamado El miedo en occidente (Delumeau), y el Ulisses (Joyce). Hay quienes alegan que el de Crimen y castigo es una gran novela, pero recuerdo que se dice lo mismo de 100 años de soledad y a mi no me parece tan buena. Si volviera a leerla podría extraer los elementos de mi crítica destructiva, pero dada la impresión que me dejó en la última lectura no tengo la voluntad para "hacerla pedazos", demasiado chafa. El valor de elegir tiene la garantía Savater, pero del tercero en fila, no conozco al autor ni tampoco he oido del libro: habrá que ver.
En cuanto a Joyce, he leido algunos cuentos y algunos fragmentos de otras obras, la mayoría me gustó, me pareció que no tiende al desenlace sino a la descripción de una situación momentánea y efímera. Lo que más me emociona es que mis ídolos hablan requetebien de él. A Julio Cortázar le gustaba, U.E. lo discute en varios ensayos de varios libros, etc. Espero tener la capacidad para verle lo que los genios que me gustan le ven.
Durante la lectura conjunta en voz alta con mi deliciosa princesa, estamos leyendo dos libros, una mala traducción del de Howard Zinn del que hablé en los posts de agosto y septiembre de este (todavía) 2007, con un título en español terrible: La otra historia de los Estados Unidos. También estamos leyendonos una novela de Savater titulada El gran laberinto, acerca de unos pubertos amantes de la lectura, que deben rescatar a sus familiares del estadio, lugar en que llevan una semana "atrapados" viendo "el partido del siglo". La cosa es menos trivial y más tétrica que simplemente sacarlos de un juego de fut. Pero comentaré más conforme avancemos.
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