La otra noche tuve la mala fortuna de ver un debate televisado sobre Pemex. Era en el canal once (supuestamente de altura) y lo dirigía un carismático pelón de lentes cuadrados que iba interrogando a los participantes. De entre ellos, había 3 perfectos lacayos pro-venta contra un anciano defensor de la empresa petrolera mexicana. La serie de preguntas fue acerca de: si se necesita o no ir a aguas profundas (3 a 1: sí), de ser así, si Pemex tiene la capacidad para explorar y producir en esos espacios (3 a 1: no), y de no ser así, ¿por qué conviene asociarse, contra la opción, por ejemplo, de la contratación de servicios o renta?
Los debatientes eran entrevistados en el orden contrario a las manecillas del reloj, en primer lugar un chavo trajeado con título rimbombante pro-venta, en segundo lugar un anciano de una asociación pro-pemex, en tercer lugar un directivo cincuentón de pemex pro-venta, y en cuarto lugar una guapa mujer joven abogada pro-venta. Digo pro-venta a pesar de los argumentos maquillantes que me deberían llevar a decir mejor: pro-reforma-energética, por varias razones que explicaré más abajo. En este párrafo me interesa hablar del segundo turno que le tocó al defensor de Pemex, su comentario era inmediatamente objetado (diluido, aplastado) por los de los siguientes dos participantes con tales barbaridades que temí varias veces que el viejito fuera a infartarse.
Para las primeras rondas se dieron toda clase de argumentos "técnicos" contradictorios: a) que si la demanda mundial está creciendo, b) que si no se han aplicado tecnologías de recuperación a los campos de pozos ya existentes, c) que si sí se han aplicado, y d) que si de todas formas con todo y aplicarlas nos será imposible mantener la producción. Para la segunda ronda: a) que si pemex ha llegado a un máximo de 300 metros de profundidad, b) que si se puede comprar la tecnología y capacitar a los ingenieros mexicanos, c) que definitivamente hoy en día no se tiene la capacidad, y d) que la tecnología mera mera de punta, producto de años de inversión e investigación, no está a la venta.
Al final los individuos pro-venta (entre los cuales, por la elección de las preguntas y el manejo del debate, también estaba el moderador), empezaban con la clásica "algunos de mis mejores amigos son judíos" pero aplicada al petroleo, esto es "el petróleo debe quedarse en manos mexicanas, pero asociarse nos traería reducción de riesgos, objetivos similares (encontrar petróleo) contra objetivos comerciales (dar el servicio de perforación y cobrarlo independientemente del éxito obtenido)", etc, pintando de rosa la asociación y hablando mal de las otras opciones, etc. Todo lo cual es muy sensato y todo, excepto porque hacen como que se olvidan que las trasnacionales norteamericanas son mafias que han llevado a su gobierno a Irak. Pensar que los gringos no nos van a transar es un poco como pensar en asociarnos con un gangster genérico para combatir la delincuencia; como pensar en entrar a una jaula con tigres hambrientos y creer que se saldrá entero; etc.
10 de abril de 2008
Debates petroleros gandallas
Etiquetas: reflexiones - Publicó persona.vitrea a las 09:00
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